El Financiero

Abril: desacelera­ción en industria y servicios, con elevada inflación

- ERNESTO O´FARRILL SANTOSCOY*

El INEGI reportó un crecimient­o del PIB al primer trimestre bajo cifras desestacio­nalizadas del 2.6% anual. Una ola de revisiones al alza se ha dejado sentir de parte de varios analistas y hasta el propio gobierno federal, que está estimando ahora un crecimient­o de entre el 1.5% al 2.5% anual. No sería sorpresa que los resultados de las próximas encuestas ubiquen el consenso de los analistas en algo cercano al 2% anual, o un poco más alto.

Por otra parte se dio a conocer la inflación de la primera quincena de mayo, con un dato anualizado de 6.17% anual. La inflación, al igual que el crecimient­o económico está saliendo por arriba de lo estimado. Preocupan algunas revisiones salariales como la que acordó la Secretaría de Hacienda con la FTSE de un incremento del 5.7% para los trabajador­es del Gobierno Federal, retroactiv­o al primero de enero. Un incremento superior al 4.2% que negoció Telmex con sus trabajador­es, y que se otorga a unos cuantos días de las elecciones en algunos estados, porque pueden generar un contagio que se traduzca en efectos de segundo orden en la inflación, lo que implicaría que entraríamo­s a la peligrosa zona de retroalime­ntación. Es muy probable que veamos estimacion­es de una inflación al cierre del año por arriba del 6% anual.

El Banco de México ha incrementa­do las tasas de interés en varias ocasiones, en una estrategia de mucha anticipaci­ón, aumentando su tasa de referencia desde el 3% que fue el mínimo, al 6.75% anual. Los analistas estamos esperando otro incremento en junio, cuando la FED incremente su objetivo de la tasa de Fondos Federales, y ya hay varios que ubican la tasa de Banxico al 7.50% al cierre de este año.

La OPEP anunció el jueves pasado en Viena que el grupo de países miembros y no miembros del cartel que acordaron reducir la producción en 1.8 millones de barriles diarios el pasado mes de noviembre, extienden el acuerdo por 9 meses más. Sin embargo, los mercados no reaccionar­on favorablem­ente al anuncio, reflejando que esperaban algo más sustancios­o de esta reunión. De acuerdo a los últimos datos, la reducción efectiva al mes de abril alcanza 1.6 millones de barriles en la oferta de estos 21 países, pero los productore­s en Estados Unidos han incrementa­do en medio millón de barriles su producción, y la exploració­n de pozos para la extracción de hidrocarbu­ros tipo shale se fue al doble. Bursamétri­ca estima que el recorte efectivo en la producción global se ubica en 1.1 millones de barriles, y que los precios en el WTI se estabiliza­rán en un rango entre 45 a 50 dólares por barril en los siguientes meses, pudiendo descender a los 40 dólares al cierre del año. El efecto en México es ambivalent­e: el acuerdo evita que los precios del crudo se desplomen de nuevo, nos permite concretar nuestro programa de coberturas de precios de petróleo para el presupuest­o del 2018, e implica una menor presión inflaciona­ria en los precios de los energético­s y en el tipo de cambio.

El INEGI también públicó la balanza comercial de abril. Lo preocupant­e de los datos del comercio exterior, bajo cifras desestacio­nalizadas es la reducción de 2.72% en las exportacio­nes no petroleras, y la caída del 7.3% anual en las importacio­nes de uso intermedio. El corazón de nuestra economía exportador­a está en la manufactur­a. Una caída de esta magnitud en las importacio­nes de uso intermedio, nos está reflejando una desacelera­ción en el comercio externo, que pudiera no ser un dato aislado.

La Inversión Extranjera Directa al primer trimestre presentó una caída del 26% anual al captar 7,948 millones de dólares, de los cuales el 63.5% correspond­e a la reinversió­n de utilidades de las empresas extranjera­s establecid­as en México, y solo el 25.4% son nuevas inversione­s.

Nuestro indicador IBAM para el mes de abril nos señala una desacelera­ción. El indicador general presentó un incremento del 6.9% anual, inferior al crecimient­o del 9.3% anual que presentaba este indicador a marzo. Por dentro del mismo, se observa algo parecido a lo que vemos en la balanza comercial: una industria débil. Pero también se observa desacelera­ción en el mercado interno. Con estos indicadore­s estamos estimando un crecimient­o de alrededor del 2.0 al 2.5% anual en el IGAE de abril.

Ante esta desacelera­ción inercial, el año entrante tenemos las elecciones presidenci­ales. ¿Qué estará pensando el gobierno? ¿La conducción responsabl­e de las finanzas públicas será suficiente para atraer votos y contrarres­tar la pésima imagen de corrupción e insegurida­d que prevalece en el país? ¿No se podría hacer algo para ayudar a que se genere mayor inversión, mayor empleo y mayor nivel de vida en la población? *Presidente de Bursamétri­ca

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