#Rompeelmiedo
@jrisco Han sido semanas difíciles para la prensa nacional. Asesinatos y secuestros que han llevado a medios a unirse y levantar la voz, lo que llevó al Presidente y a los gobernadores a tener una reunión urgente y sorda, y que obligó a organizaciones nacionales e internacionales a suplicar que se detengan las agresiones. Se ha dicho hasta el cansancio que el asesinato de Javier Valdez debe ser un antes y un después en el trato a los periodistas, en la manera en la que se ejerce esta profesión, pero no. No pasa nada.
El 4 de junio fue la jornada electoral, la organización Artículo 19 documentó ese día un total de 16 casos de violencia contra periodistas, donde se incluyen agresiones físicas, robo, intimidación y falsificación de información. En el día más importante de la democracia, la violencia contra periodistas irrumpe como huella indeleble de nuestro país.
Según el recuento de Artículo 19, la violación más grave se registró a las afueras del hotel Plaza Inn en Plaza Las Américas, en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México. Simpatizantes del PRI jalonearon e intentaron arrebatar los equipos de los periodistas Alan García, reportero de El Gráfico y de la reportera Phenélope Aldaz de El Universal. No fueron los únicos, también la periodista Fátima Monterrosa, de Noticieros Televisa, y Víctor Camacho, de La Jornada, fueron agredidos en este mismo lugar.
A estas agresiones en el Edomex se suman las sufridas por dos periodistas del diario El Espectador, en Toluca, quienes fueron intimidados por un funcionario electoral.
También hubo agresiones en Coahuila: el primero, cuando un funcionario electoral intentó impedir el trabajo periodístico en la cobertura de casillas en Monclova; otras agresiones más en el Comité Municipal del Partido Acción Nacional en Torreón, cuando fue jaloneado un periodista del diario El Siglo de Torreón,y por último un periodista de una estación de radio local que grabó a un grupo de simpatizantes del PRI, que impedían ejercer el voto en una casilla de Torreón.
Las agresiones fueron documentadas a través de redes sociales bajo el hashtag #Rompeelmiedo, el cual expone una condición real de salir a ejercer el periodismo. El miedo existe, sin embargo, no es más grande
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