El Financiero

LA NOTA DURA

- JAVIER RISCO

Cada día nos sentimos más amenazados. La ola expansiva de casos de violencia se acerca a círculos cada vez más cercanos, hasta que un mal día nos toca. El cronista de la ciudad, Héctor de Mauleón, publicó ayer una columna titulada “En la Roma los delincuent­es trabajan diario”, en ella documenta testimonio­s de personas que en las últimas semanas han vivido de cerca asaltos con violencia. Las palabras se parecen a cualquier conversaci­ón en el trabajo, en la comida de domingo o en una charla informal.

En redes sociales es común encontrase con dos o tres videos al día de asaltos captados con cámaras de seguridad o de algún valiente peatón. El más reciente –el que llegó a mi timeline ayer– mostraba el asalto a un hombre en la Merced, que al resistirse al atraco es apuñalado por los asaltantes a plena luz del día. Ante el hecho, la gente sigue caminando a su alrededor, nadie se detiene y nadie los detiene.

La insegurida­d se respira. Ayer, el Observator­io Nacional Ciudadano presentó cifras del primer cuatrimest­re de 2017 en la Ciudad de México: la capital se posiciona a nivel nacional como el segundo lugar en robo a transeúnte en tasa de incidencia por cada 100 mil habitantes; es tercer lugar en robo a negocio y cuarto lugar en robo con violencia. En particular, suben seis de 10 delitos de alto impacto y destaca el aumento del 38% en robo a transeúnte, el aumento del homicidio culposo, un 22%, y del homicidio doloso, un 16%.

Hasta el momento, la única razón expresada por el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, de esta ola de violencia, la dio el 22 de marzo pasado: “Bueno, hay un incremento que obedece a que tenemos muchas más personas que antes estaban en prisión, ese es un factor que se tiene que analizar, pero es un factor nacional. Hoy, Ciudad de México tiene 12 mil o más presos que estaban en prisión preventiva o en prisión ya compurgand­o alguna pena, que están fuera. Es decir, nuestro sistema penitencia­rio tenía 42 mil personas en prisión, hoy tenemos 30 mil”, dijo. Según él, la culpa es del Nuevo Sistema de Justicia Penal.

El propio Observator­io Nacional de Seguridad, en voz de su presidente Francisco Rivas, le contesta al jefe de Gobierno: “Lo que sí nos debería de preocupar es que las autoridade­s tienen un problema relacionad­o con el nuevo sistema de justicia. El jefe de Gobierno fue procurador, a él le tocó la implementa­ción del nuevo sistema, tuvo nueve años para prepararse. Esto quiere decir que no se prepararon, quiere decir que no estuvieron listos, quiere decir que no modificaro­n nada para entender la problemáti­ca”.

¿Cómo regresa la tranquilid­ad a una ciudad? Una pregunta que debería estar en la cabeza de alguien que sólo piensa en una silla presidenci­al.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico