Grupo AHC quiere crecer operando hoteles independientes
garmenta@ elfinanciero. com.mx La semana pasada comentamos la llegada a la ciudad de Puebla de una importante hotelera: Rosewood, la cual eleva el nivel de cualquier destino al que llega. Pero la hotelería no se compone solamente con grandes marcas, sino que mayoritariamente se integra con pequeñas y medianas empresas que también contribuyen con una gran aportación a este segmento turístico.
Uno de estos casos es el Grupo Administradora Hotelera del Centro (AHC), dirigido por Carlos Álvaro Rodríguez, que se integra con apenas cuatro propiedades.
Sin embargo, este grupo resulta peculiar, ya que en su breve portafolios de hoteles lo mismo se encuentra el hotel Valle de México, ubicado en Naucalpan, que el Gran Hotel de la Ciudad de México, uno de los más emblemáticos de la capital, que incluso constituye una atracción turística del Centro Histórico por su arquitectura y por su enorme y colorido vitral en el techo.
Los otros dos son unos clásicos del antiguo Distrito Federal: el Ejecutivo, ubicado en la calle de Viena, colonia Juárez (a espaldas del University Club); y el recientemente inaugurado Isaaya, frente al World Trade Center (sobre la calle de Dakota), que durante casi medio siglo funcionó con el nombre de Suites del Parque.
Según nos platica el director de Operaciones de AHC, Jorge Machuca, aun cuando sus hoteles suman décadas de existencia, la empresa comenzó en la administración apenas en 2005, precisamente con el Gran Hotel de la Ciudad de México, y como Grupo se integraron dos años después, al ir sumando la operación de otros más. El segundo fue Suites del Parque (hoy Isaaya) y luego se añadieron los otros dos.
Como resulta de esperarse, en el Gran Hotel de la Ciudad de México tienen tarifas dolarizadas que van de los tres mil 500 a los siete mil pesos por noche, dependiendo de la habitación y la temporada, donde el 65% de sus clientes son turistas de placer, extranjeros, principalmente de Estados Unidos y británicos.
En los otros tres predomina el viajero de negocios, aunque en el Ejecutivo tienen una mezcla de mitad y mitad entre viajeros de trabajo y por vacaciones.
Los hoteles pertenecen a los mismos socios desde años atrás, pero eran otros quienes los operaban, los tenían franquiciados con diferente marcas, hasta que decidieron crear el Grupo y comenzar a operarlos ellos mismos, lo cual implicó inyectarles dinero para su remozamiento y modernización, no sólo en los cuartos, sino en los restaurantes y salones, ya que las unidades de banquetes y alimentos también les representan una fuerte fuente de ingresos.
De marzo a septiembre del año pasado cerraron Suites del Parque, para invertirle 23 millones de pesos y convertirlo en el hotel Isaaya. Así, de ser un viejo hotel afrancesado, hoy es un hotel boutique de 26 habitaciones, inteligente, sustentable, con tecnología avanzada y moderno, cuyo propietario es Alberto Saba Ades.
“En esta parte de la colonia Nápoles, alrededor del WTC, han surgido muchos hoteles en los últimos años. Esa fue una de las razones por las que decidimos invertir y renovarlo, para no rezagarnos; era un hotel muy clásico francés, estaba bien cuidado, pero ya necesitaba ser refrescado para poder seguir compitiendo en la zona”, comenta Machuca. Hoy, al reabrir con el nombre de Isaaya y su nuevo concepto, sus tarifas se elevaron a entre dos mil 600 y tres mil 700 pesos por noche.
El edificio del hotel Ejecutivo tiene por lo menos 25 años de antigüedad y 107 cuartos. Lo remodelaron hace cuatro años invirtiendo 25 millones de pesos en las habitaciones y otros diez millones más para salones y restaurantes; mantiene una tarifa promedio de mil pesos. El resultado es que se ha convertido en su propiedad más exitosa en cuanto a ocupación, ya que cerraron el 2016 con un promedio de 93% anual, cuando la ocupación promedio de los hoteles de la Ciudad de México es de 67.8 por ciento.
Respecto a los otros, el Gran Hotel de la Ciudad de México recibió una inversión de veinte millones de dólares en 2003 y su nivel de ocupación ronda el 83 por ciento.
Finalmente, el hotel Valle de México —que alguna vez llevó la marca de Howard Johnson—, cuenta con 59 cuartos y una tarifa de 900 a mil pesos la noche. A esta propiedad le inyectaron siete millones de pesos y actualmente alcanza el 70 por ciento de ocupación.
No obstante, AHC posee otros hoteles de mayor envergadura que pertenecen a otra división y que no operan: JW Marriott y Marriott Casamagna en Cancún, así como otro Casamagna en Puerto Vallarta.
Pero tan sólo con los cuatro que operan, el año pasado crecieron 16 por ciento en facturación, alcanzando los 200 millones de pesos y un margen de utilidad de 38 por ciento.
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