MÉXICO EN LA ERA DE TRUMP
Ante el cambio en la orientación política de Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la presidencia, las empresas mexicanas y el país en general se enfrentan a nuevos retos en materia fiscal y comercial que deben aprovechar para fortalecerse y crecer.
“El nuevo entorno en la era de Trump debe tomarse como una oportunidad para diversificar el destino de las exportaciones de México, buscar otros mercados y aprovechar los tratados comerciales que ya se tienen con Asia, Europa y Sudamérica”, destacó Mario Hernández, socio líder del segmento IMMEX de KPMG en México.
Internamente, hay que desarrollar la proveeduría interna para poder sustituir las importaciones por productos nacionales, incrementar el uso de la tecnología y fortalecer el mercado interno, detalló el especialista.
“Más que un riesgo, hay que verlo como una oportunidad de crecer como país y colocarnos en una posición más favorable en el ranking mundial”, señaló Hernández durante su participación en la mesa “Los retos de México en la era de Trump”, transmitida por El Financiero Bloomberg.
En el primer paquete de reforma presentado por la administración de Trump para comenzar las negociaciones en el Congreso de EU, uno de los puntos más relevantes es la disminución de la tasa de impuesto corporativo a 15 por ciento.
Esto podría convertir al vecino del norte en un país con un régimen de tributación preferente, al tener una tasa menor al 22 por ciento, lo que podría hacer que se considere como un paraíso fiscal.
Pero, al mismo tiempo, una tasa tan baja puede elevar el atractivo de Estados Unidos para los inversionistas frente al de México, dónde la tasa es de 30 por ciento, es decir, que el impacto sería tanto en materia de recaudación fiscal como en captación de inversión extranjera.
El reto que surge entonces es cómo mantener la competitividad fiscal de México, subrayó Óscar Mata, director de impuestos de Lear Corporation, especialmente en este momento de incertidumbre, pues aún no se tiene la propuesta fiscal de Trump completa ni se conoce cómo quedará finalmente tras su paso por el Congreso estadounidense.
“Al no tener el paquete completo, México tendría que reaccionar ante esa tasa propuesta de 15 por ciento. Hay que analizar qué margen de maniobrabilidad se tiene para reducir nuestra tasa corporativa, con el fin de generar mayor competitividad del país y atraer inversiones extranjeras”, señaló el ejecutivo,aunquesiempreteniendoencuentala menor recaudación que resultaría.
Otra propuesta del presidente de Estados Unidos que se debe tener en cuenta es la repatriación de utilidades a tasa preferente, lo que podría provocar una salida de capitales, lo que implicaría un impacto en el tipo de cambio no sólo de México, sino de muchos países en donde empresas estadounidenses operan filiales.
Y contribuyendo a la incertidumbre que crea este primer paquete fiscal está la ausencia del impuesto fronterizo, conocido como border adjustment tax (BAT) en inglés, que fue ampliamente discutido por Trump durante su campaña y cuya aplicación en el futuro no puede descartarse, consideraron los especialistas.
Hay que entender que el BAT, a fin de cuentas, busca el crecimiento de la economía de EU, un país donde, aunque la tasa corporativa es relativamente alta, el nivel de tasa efectiva es muy bajo.
“Buscan fomentar las exportaciones de Estados Unidos, lo cual fortalece el dólar, y limitar las importaciones de bienes, lo cual busca que dejes de comprar afuera y desarrolles la economía interna y generes empleos”, explicó el socio líder del segmento IMMEX de KPMG en México.
“Aunque el BAT no esté contemplado en el primer paquete, Estados Unidos sigue teniendo una necesidad muy fuerte de crecimiento. Todas estas reformas planteadas por Trump tienen un trasfondo muy interesante”, consideró el especialista. “Estados Unidos aparentemente tiene un problema de desempleo por, supuestamente, todos los trabajos que se movieron a otros lugares debido al tratado de libre comercio, aunque más bien fue un tema de competitividad”.
Así que otro punto a monitorear es lo que ocurra con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De acuerdo con César Buenrostro, socio de Comercio Internacional y Aduanas de KPMG en México, es poco probable que un acuerdo básico se logre este año, incluso en cuanto a temas puntuales.
Pero desde ahora es necesario voltear a otros mercados, de manera que se disminuya la dependencia que tiene México frente a EU.
“Los datos con Corea son interesantes, los volúmenes de importaciones y exportaciones ya están en niveles similares a los que se tiene con Alemania o Japón y esto ocurrió en un periodo muy corto de tiempo, por lo que tenemos una alto potencial para diversificar”, detalló Buenrostro.
“Hay que voltear a ver a Brasil, a Argentina, países donde la situación económica ha venido mejorando, por lo que nos puede convenir, tanto como país como a las empresas, tener mayor negociaciones con ellos”.
Ante el panorama de incertidumbre actual, la principal recomendación de los especialistas para las empresas es seguir trabajando como hasta ahora, pero empezar a monitorear los efectos que tendría sobre su negociotantolareformafiscalestadounidense como la renegociación del TLCAN.
“Las empresas deben analizar su operación en un entorno con las reglas actuales y en el peor escenario posible, que sería el extremo en el que todos los procesos de manufactura movieran sus operaciones a Estados Unidos y este país cerrara sus fronteras. Es un escenario que no creo que ocurra, por muchas razones políticas, económicas y legales, pero lo recomendable es analizar el futuro dentro de ese rango del escenario actual y el peor escenario posible”, sugirió el socio líder del segmento IMMEX de KPMG en México.
Hay que monitorear el impacto en las operacionesdecadaempresa,tomandoencuenta el sector en el que se encuentra y los posibles efectos en las cadenas de suministro. “Probablemente veamos que las inversiones se detenganunpocooquelosproyectossedifieran, pero la idea es que las empresas deben seguir creciendo”, subrayó Hernández.
“Y como país, hay que ponernos las pilas para ver cómo elevamos la competitividad nacional, cómo permitimos que las empresas sigan siendo competitivas o incluso lo sean aún más y como empezamos a desviar nuestra atención hacia otros mercados”, recomendó el experto.