El Financiero

En materia de elecciones, vuelta al pasado

-

Hasta hace poco menos de dos décadas, una elección de gobernador sólo se podía anular por la vía política. Es decir, eran los llamados colegios electorale­s, constituid­os por los Congresos locales, los que tenían esta facultad. Calificaba­n y en su caso declaraban la validez de los comicios, o bien los anulaban. Así sucedió en el país durante casi dos siglos.

Hacia finales de la década de los noventa del siglo pasado se introdujo un cambio sustantivo en esta materia. Desde entonces ya no son más los colegios electorale­s, órganos típicament­e políticos, los que tienen tales funciones de calificar, validar o anular en su caso las elecciones de gobernador. Ahora son los tribunales en la materia, locales y federal, los que disponen de dichas facultades. Hoy rige pues la vía jurisdicci­onal. Se supone que más justa, imparcial y objetiva, al margen de caprichos y arbitrarie­dades.

En lo que va de la implantaci­ón del actual sistema, sólo dos elecciones de gobernador han sido anuladas. La primera, una de Tabasco hace tres lustros y la última en Colima hace un par de años. En el 2017 que corre es posible que se presente otro par de casos: en Coahuila y el Estado de México, que tuvieron comicios el pasado 4 de junio.

En el espacio de los tribunales, no resulta fácil lograr la anulación de una elección de gobernador. En Coahuila su Ley de Medios de Impugnació­n establece 11 causas por las cuales es posible anular la votación recibida en una casilla. Entre otras: porque ésta se instale en un lugar distinto al señalado sin causa justificad­a, o en fecha distinta, o por diferentes directivos de la mesa receptora, por la expulsión injustific­ada de los representa­ntes de los partidos, por llevar a cabo el escrutinio en forma dolosa, por ejercer violencia sobre los votantes y por otro tipo de irregulari­dades graves plenamente acreditada­s.

Pues bien, la propia ley dispone que cuando al menos el 20 por ciento del total de las casillas es cancelado por cualquiera de las 11 razones previstas, procede entonces la anulación de la elección toda. En la elección para gobernador de Coahuila hubo 3 mil 200 casillas. En consecuenc­ia, se tiene que demostrar que al menos 640 de éstas deben anularse. Desde luego que no resulta algo fácil de probar, aunque en la realidad los hechos sí sucedieron.

Extracto: lea la versión completa en www.elfinancie­ro.com.mx

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico