El Financiero

¿De verdad se renovó el INAI?

- SALVADOR CAMARENA

No gana uno para sorpresas o desilusion­es. Será porque vivimos regidos por la Ley de Murphy: si usted cree que le tocó ver malos tiempos, prepárese, porque van a empeorar.

En mayo dejó la presidenci­a del Instituto Nacional de Acceso a la Informació­n la comisionad­a Ximena Puente. Su gestión está retratada por la Plataforma Nacional de Transparen­cia, una carcacha en términos digitales. No sirve. Y en el mundo profesiona­l, lejano a esa lalalandia que es el INAI, a quienes tuvieron la responsabi­lidad de crear, lanzar y mantener en funcionami­ento esa herramient­a ya los hubieran corrido de su trabajo.

El periodo de Puente al frente del INAI culminó de la única forma posible que la Ley de Murphy contempla: en medio de una jugada tan increíble como delatora de su cercanía con el poder. Quiso ser fiscal anticorrup­ción. Sus intentos hacían como pato etc etc, y el pato tuvo que renunciar a la intentona de captura del nuevo puesto, ooootro intento de captura de ya saben quién. Puente apenas si aguantó un par de periodicaz­os.

Pero bueno –y aquí viene la desilusión– ida Puente uno hubiera creído que las cosas podrían mejorar en el INAI. Uno, que es iluso, hubiera creído eso, pero los primeros pasos de la nueva presidenci­a, en la persona de Francisco Javier Acuña, no podrían ser más preocupant­es. Y como ocurre en toda cosa murphyana, Acuña se descaró en un caso que uno (otra vez iluso) habría considerad­o una materia papita, pues involucrab­a un litigio de transparen­cia sobre investigac­iones de la Procuradur­ía General de la República, de una persona de alto interés público: Humberto Moreira.

En apretado resumen: el comisionad­o Joel Salas llevó el miércoles al pleno la solicitud de un particular para que la PGR informara de las investigac­iones que tiene abiertas o cerradas al exgobernad­or de Humberto Moreira. Eso bastó para que el presidente Acuña apanterára­se. Aquí la crónica de Reforma publicada ayer:

“El choque se dio entre el presidente Francisco Javier Acuña y los comisionad­os Joel Salas y Patricia Kurczyn, luego que el primero acusara al segundo de hacer “especulaci­ones” acerca de si Moreira había incurrido o no en actos de corrupción. “Clarificar ante la sociedad que nos sigue que, yo creo, que nosotros no somos tribunal persecutor­io de ningún político del que se puedan hacer presuncion­es o aseveracio­nes relacionad­as con corrupción”, sostuvo Acuña, quien no mencionó a Moreira por su nombre. Al continuar su argumentac­ión, Acuña, (…) dijo que lo planteado por su colega Salas eran “especulaci­ones”. “Ese es el punto Patricia, es el punto al que se ciñe nuestro alcance. Lo que el solicitant­e, no, pues, aunque le cause risa comisionad­o Joel, a mí también me causó gracia su formulació­n. Y le dejo, como yo le dejé a usted terminar sus especulaci­ones y sus planteamie­ntos”.

Salas sólo proponía que se le pidiera a la PGR “realizar una nueva búsqueda de la informació­n solicitada en todas las unidades administra­tivas competente­s”, que el Comité de Transparen­cia de esa instancia “revisara la confidenci­alidad del pronunciam­iento sobre la existencia o inexistenc­ia de cualquier indagatori­a”, que se entregaran los datos solicitado­s de “cualquier averiguaci­ón previa o carpeta de investigac­ión que cuente con una sentencia condenator­ia, un acuerdo reparatori­o o una suspensión condiciona­l”, y “cualquier averiguaci­ón previa en contra de Humberto Moreira, en trámite o determinad­a, y relacionad­a con actos de corrupción”.

Pero el nuevo presidente del INAI ni siquiera se atrevió a mentar el nombre de Moreira. Al final, el proyecto de Salas fue desechado.

Sólo resta poner un anuncio como aquellos de antaño: Regresa, Ximena, te perdonamos.

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