Y hora, ¿quién investiga?
Iniciamos esta semana con la noticia dada a conocer por el New York Times, del espionaje a periodistas y activistas de la sociedad civil. En primer lugar, mi más profunda solidaridad y apoyo a quienes han padecido este acoso: Carmen y Emilio Aristegui, Juan Pardinas, Salvador Camarena, Carlos Loret y el Centro Prodh, entre otros. En segundo lugar, mi reconocimiento al trabajo serio, profesional y sistemático que Artículo 19, Red en Defensa de los Derechos Digitales y Social TIC, han realizado para dar a conocer estas prácticas.
¡El espionaje político no cabe en una democracia! La intimidación, acoso y violencia que implican estos hechos son inadmisibles. Destruye el contrato social y la confianza en el que está construido. Este hecho debe investigarse a fondo y llegar a sus últimas consecuencias. No es un dato más, no se trata de un huracán que pasó por las costas dejando debastada una región, que ahora se aleja de nuestro territorio.
Stalin espiaba a sus enemigos políticos e incluso a líderes internacionales todo el tiempo; se dice que llegó a espiarlos a través de sus eces para saber qué comían y hacerles un perfil psicológico. ¿Estamos llegando a eso? ¿Vivimos en un país donde se gobierna con “macartismo”? ¿Hay listas negras de activistas, hay enemigos por pensar distinto, hay que conocer la vida privada de quienes buscan acabar con la corrupción o promueven la defensa de los derechos humanos?
Ante esta evidencia, ¿quién investiga? ¿Qué institución o autoridad tiene la legitimidad, la objetividad, la independencia para ir al fondo de lo que ocurió? ¿Lo que conocimos el lunes es cierto? ¿Se lo inventaron estas personas para “dañar” al gobierno federal? ¿De ser cierto, cuántas personas más de la sociedad civil son espiadas? ¿Quién los espía? ¿Quién dio la orden? ¿Qué se hace con esa información?
El Congreso de la Unión debe designar una comisión especial, que cuente con el apoyo de un grupo de abogados privados, así como de empresas extranjeras especialistas en investigación digital forénsica y de espionaje, para realizar esta tarea. Sin periodismo serio y sin una sociedad civil fuerte y activa el país no tiene futuro.