El Financiero

Ciclo bajista

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Ayer fue un día malito para las bolsas de valores en el mundo. No fue catastrófi­co, ni mucho menos, pero sí hubo caídas en prácticame­nte todos los mercados. Además, hubo un fortalecim­iento del dólar: un cuarto de punto frente al euro, un punto frente al peso (porque viene la decisión de Banxico mañana), y punto y medio en Brasil, porque no sale la reforma laboral que les urge. Pero el movimiento de fondo detrás de las monedas es el mismo que hemos visto desde mediados de 2014: ciclo bajista en materias primas.

Aunque los mercados de valores no sufrieron grandes caídas, los commoditie­s sí. El petróleo perdió cerca de 3%, el cobre 1.5%, y los alimentos están prácticame­nte en los precios más bajos del año. Por el tamaño, todo mundo le hace caso al petróleo, y más ahora que los países del Golfo Pérsico pueden entrar en conflicto. El acuerdo de la OPEP, al que tantas fanfarrias se le tocaron, no ha dado resultado. No podía darlo, puesto que los países de esa organizaci­ón ya no son los únicos actores relevantes del mercado. Sin duda Arabia Saudita pesa, pero menos que Estados Unidos y Rusia. Y el resto de los miembros de OPEP no tienen tanto margen para moverse como para crear una amenaza real de escasez. Y creo que Arabia tampoco. Aunque producen mucho, y el costo de producción es muy bajo, el país entero vive de ese petróleo, y tiene gastos que no puede reducir con facilidad, de forma que tampoco es creíble que la familia Saúd va a sacrificar­se por mantener el barril arriba de 50 dólares.

Aunque lo hiciera, no lograría mucho. La tecnología del “fracking” ha transforma­do el mercado. Pese a que todavía está concentrad­a en Estados Unidos, el impacto ha sido suficiente para tener al petróleo por debajo de la barrera mencionada, y ahí se va a quedar por mucho tiempo. En los 12 años que lleva, la tecnología ha logrado reducir el costo de producción de forma importante, y hay una gran cantidad de pozos que pueden salir con 35 dólares el barril. Claro que no todos, pero los hay. Cuando empezó a caer el precio, yo suponía que el límite rondaba los 45 dólares, y escuché expertos que decían que no había forma de que el barril costara menos de 70 dólares. Bueno, ahora está en 45, pero no hay garantía de que no baje más, conforme la tecnología mejora y se extiende a otros mercados. Argentina es uno de ellos.

Mientras eso ocurre, México sigue con su proceso de apertura en el mercado energético, creo que con buenos resultados en materia petrolera, y un poco menos buenos en lo demás. La segunda ronda cerró con 10 contratos colocados, por inversione­s de más de 8 mil millones de dólares en los próximos años, y una mayor producción esperada para dentro de tres a cinco años. Se suma a la exitosa ronda uno, y seguimos comproband­o que sale mejor la inversión privada que Pemex, por bastante.

Entiendo que también se avanza en infraestru­ctura logística para gas y gasolina, que es ahora un factor limitante para que ese mercado también sea más libre, pero traemos un rezago importante. Y en electricid­ad, también parece que la velocidad no ha sido la esperada.

Con todo, la reforma energética está resultado muy exitosa: hay más inversión, el gobierno no pierde dinero, la producción a futuro será creciente. Liberar mercados es una excelente idea para la inmensa mayoría de bienes y servicios. Aunque muchos no lo crean, esto también es cierto para el mercado laboral. Por eso le cuesta a Brasil no lograr la reforma, y por eso será un gran tema en Francia en los próximos meses. No se lo pierda.

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Profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey

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