ENRIQUE QUINTANA
COORDENADAS
El verano, que comenzó la semana pasada, traerá consigo muchas tensiones y pocas definiciones. Será una etapa complicada para la sociedad mexicana, tanto en el ámbito político como en el económico. Comencemos con el segundo. A mediados del mes de julio, en menos de un mes, el Congreso de los Estados Unidos debe emitir un documento en el que señale las directrices que dará al Ejecutivo, a través de la USTR, su Representante Comercial, para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
Sobre la base de ese documento, todavía habrá un mes de consultas antes de comenzar formalmente la negociación, no antes del 16 de agosto.
Si el texto del Congreso contiene sólo lo que ya ha trascendido, habrá un efecto positivo en los mercados financieros, pero si contuviera alguna sorpresa desagradable o la mención a la posibilidad de abandonar el Tratado, entonces podría volver a encender la inestabilidad.
También es de esperarse que en el verano se defina el Plan Fiscal de Trump, lo que podría impactar negativamente en México, al margen de que ya no contemple el ajuste fronterizo para el impuesto corporativo.
El tema probablemente se resuelva en septiembre, luego de que el martes 5 de ese mes se reemprendan los trabajos parlamentarios, tras el receso legislativo de verano.
Pero, quizás los temas más álgidos para México tengan que ver con la política.
Uno de los temas fundamentales es la Asamblea Nacional del PRI. Del 5 al 11 de agosto se realizarán las mesas en las que se prepararán los diversos dictámenes, y se definirán los criterios de selección del candidato a la Presidencia. La plenaria de la Asamblea será el sábado 12 de agosto.
Aunque pocos dudan de que, cuando así corresponda, el candidato será seleccionado por el presidente Peña, lo que pase en la Asamblea puede ser muy significativo respecto a la dirección en la que se mueven las cosas.
Otra fecha relevante en este verano es el arranque formal del proceso electoral
correspondiente a las elecciones federales y locales que habrán de realizarse el 1 de julio del 2018. El arranque formal ocurrirá el viernes 8 de septiembre próximo.
En la reunión de la Comisión Permanente que tuvo el PAN la semana pasada, fijó el 9 de agosto como la fecha en que se instalará la Comisión Organizadora del proceso electoral. Y el registro de coaliciones termina el 13 de noviembre, por lo que los últimos días del verano seguramente van a dar indicios de la posibilidad real de que haya alianzas en los próximos comicios.
En el caso del PRD, luego de que este fin de semana propusieran la formación de un frente amplio, el 6 de agosto deberán elegirse órganos de dirección locales y nacionales, que serán los que definan tanto a la nueva dirección de ese partido probablemente en octubre, como el aterrizaje de las alianzas y de su candidato presidencial.
El final del verano pudiera traer las renuncias a sus cargos de Miguel Mancera y de Jaime Rodríguez, ‘el Bronco’, con el objeto de preparar sus candidaturas presidenciales.
Y, en el caso de Morena, quizás lo más interesante va a ser la definición de quiénes van a ser designados por AMLO ‘promotores de la soberanía’, en algunas de las entidades en las que habrá elecciones en 2018, pues con esa figura, seguramente van a comenzar a hacer campañas dentro de pocos meses.
En suma, tendremos un verano mucho más tenso y movido que los usuales.