La tardía renuncia
La Ciudad de México vive uno de los momentos de mayor violencia en la administración de Miguel Ángel Mancera, de acuerdo con datos del Observatorio Nacional Ciudadano, y en medio de la crisis, casi de manera sorpresiva, el titular de la Procuraduría capitalina, Rodolfo Ríos Garza, renunció el sábado a su cargo.
Ríos Garza fue el titular de la PGJDF durante toda la administración de Miguel Ángel Mancera y es considerado como uno de los miembros del gabinete más cercanos a él. Amigo personal del que no se deshizo pese a las constantes controversias en que lo metió y el desaseo en investigaciones de alto interés público, como el secuestro de jóvenes en el Bar Heaven o el multihomicidio en la colonia Narvarte. Una y otra vez, el Jefe de Gobierno respaldó las acciones de este funcionario que, sin mayor detalle, deja la procuraduría. ¿Por qué ahora?
Durante el primer cuatrimestre de este año, según el Observatorio Nacional Ciudadano, delitos de alto impacto como el robo a transeúnte, homicidios culposos y dolosos, robo a casa habitación y a negocio, crecieron entre un 20 y un 38 por ciento –según el delito–, comparado con el mismo periodo de 2016. En algunos casos, la incidencia es la más alta en 20 años.
Durante dos décadas los delincuentes no se sentían tan seguros y las pláticas sobre inseguridad en domingos familiares o recesos laborales no delataban de forma tan tangible el miedo de todos hasta de salir a caminar.
Es verdad, la tarea de Ríos Garza no incluye la coordinación de los más de 80 mil policías de la ciudad, pero sí le atañe la tarea de la investigación de delitos. Y en ese rubro, el nivel de impunidad y el dolor de cabeza que implica sólo el ir a denunciar, lo señala como reprobado en su tarea. Mancera tardó 5 años en pedir la renuncia de un funcionario que contribuyó a hundir su imagen ante la ciudadanía, en una de las más grandes preocupaciones de quien en 2012 lo encumbró con una histórica votación: la seguridad.
El 8 de junio pasado tuve la oportunidad de entrevistarlo en el espacio radiofónico de “Así las cosas” en W Radio; sirvió para hacer un corte de caja que, sin saberlo, queda como testimonio final de su trabajo. La conclusión: una procuraduría rebasada, incapaz de brindar un servicio digno y mucho menos procesar todos los delitos que diariamente se cometen en la capital del país.
“De la Procuraduría depende el Ministerio Público, la Policía de Investigación y los peritos, en este momento tenemos un déficit de agentes del Ministerio Público (…) actualmente tenemos 3 mil 500 ministerios públicos en toda la ciudad, y evidentemente no están trabajando el mismo día los 3 mil 500, en algunas ocasiones trabajan 24x24, es decir, tenemos que restar turnos, incapacidades, vacaciones. Yo creo que un número ideal es difícil decirlo, pero mínimo tendríamos que duplicarlos”, reconoció Ríos Garza. ¿El pretexto? El de todas las áreas de gobierno: la falta de presupuesto suficiente que una –también deficiente– Asamblea Legislativa, les niega año con año.
Pero los tropezones de Ríos Garza forman una lista que no se sabe por qué se ignoró durante 5 años y que nada tienen qué ver con presupuesto: 25 perros ‘detenidos’ en Iztapalapa por haber matado a 4 personas en el Cerro de la Estrella, en 2013; la tardía respuesta en el secuestro de 12 jóvenes del Bar Heaven, que fueron asesinados y lanzados a una fosa clandestina, que terminó por poner de manifiesto la operación del grupo criminal La Unión de Tepito; la filtración de información y criminalización de las víctimas del multihomicidio en la Narvarte, que entre las víctimas tuvo al fotoperiodista Rubén Espinosa y el ignorar como línea de investigación su trabajo y las amenazas por las que huyó de Veracruz.
La opaca investigación del caso Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, exlíder del PRI en la ciudad, acusado de liderar una red de prostitución; el incremento de feminicidios en la capital, incluido el caso de Lesvy Osorio, encontrada dentro de CU, de quien, además, exhibieron supuestas conductas personales como motivo de su muerte… la lista es larga, la explicación de su permanencia, en cambio, es una hoja en blanco. Y mientras, el resultado: la procuración de justicia en nuestra ciudad es la gran generadora de impunidad.