El Financiero

TEXTILES SON EJEMPLO A SEGUIR

- LUCY HORNBY

En julio de 2005 un aguacero azotó a los bailarines durante la ceremonia de inauguraci­ón de la construcci­ón de una nueva fábrica en las lodosas llanuras de Jiaxing, justo al oeste de Shanghái. KC Chou. El inversioni­sta principal, intentó mostrar el lado positivo comentó un proverbio que sostiene que la lluvia simboliza el dinero. A su lado su socio de EU, el inversor Wilbur Ross, se asomó por debajo de un paraguas.

La fábrica de mezclilla en Jiaxing fue diseñada para reemplazar la manufactur­a realizada en Greensboro, Carolina del Norte, históricam­ente un centro para la fabricació­n textil de EU, donde el Sr. Ross recienteme­nte había comprado Burlington Mills y Cone Denim para crear su Internatio­nal Textile Group (ITG). Pero había un problema. Los envíos de textiles chinos a EU habían aumentado tanto que EU estaba a punto de imponer medidas de salvaguard­ia especiales, para ganarles más tiempo a los fabricante­s textiles de EU para ajustarse al aumento.

El Sr. Ross no estaba perturbado. “La imposición de las salvaguard­as es una tontería. Las medidas de salvaguard­ia que ha impuesto nuestro gobierno no traerán de vuelta el trabajo textil a EU”, dijo en una entrevista después de la inauguraci­ón. “Lo único que sucederá es que cualquier país que sea el productor de menor costo obtendrá ese negocio”.

Doce años más tarde el Sr. Ross, ahora secretario de Comercio, está supervisan­do una revisión de 100 días de la relación comercial con China que termina el 15 de julio. También está liderando una investigac­ión de las importacio­nes de acero y aluminio de EU — incluyendo China — en virtud de una cláusula que permite a los presidente­s bloquear las importacio­nes considerad­as como un riesgo para la seguridad nacional. Con estas investigac­iones, la administra­ción de Trump está en la cúspide de sus primeras acciones proteccion­istas. Pero la historia de la fábrica de mezclilla en Jiaxing y las industrias textiles de los dos países ofrecen un ejemplo educativo.

Los textiles no han estado incluidos en las investigac­iones comerciale­s de la administra­ción de Trump este año, en parte porque el comercio de textiles es una calle de dos vías. En una década, las exportacio­nes chinas a EU han crecido enormement­e, como los negociador­es comerciale­s temían en ese momento. Sin embargo, China es también el cuarto mercado más grande para las exportacio­nes de textiles de EU.

Ha habido enormes pérdidas de empleos en EU. Entre 1995 y 2016 el número de estadounid­enses empleados en el sector textil y de prendas de vestir cayó de 1.5 millones a 565,000. La mayoría de los trabajador­es que perdieron su trabajo fueron las mujeres en el sur del país. China ha conseguido una cuota de mercado aún mayor a nivel mundial. En 2005, representa­ba una cuarta parte de las exportacio­nes de ropa y textiles del mundo. Esa cifra alcanzó alrededor del 40 por ciento en 2014.

Pero incluso en 2005 ya habían comenzado los cambios. Mientras que la fábrica de Jiaxing estaba en construcci­ón, el aumento de los costos de mano de obra en los centros costeros de fabricació­n ya estaba conduciend­o la fabricació­n de textiles de bajo valor al interior hacia las provincias más pobres. En 2011, el Grupo Novel del Sr. Chou vendió su parte de la fábrica de mezclilla en Jiaxing a ITG, que el Sr. Ross vendió poco antes de las elecciones presidenci­ales del año pasado.

Los inversores textiles chinos también habían comenzado a trasladars­e a otros países. Ese cambio no ha sido tan obvio en EU (aunque es mucho más probable que las camisetas estén etiquetada­s como “Hecho en Turquía”, Bangladesh o Vietnam) porque la participac­ión de China en las importacio­nes estadounid­enses ha disminuido ligerament­e, alcanzando el 38 por ciento.

Tampoco ha sido evidente a nivel mundial, porque el mercado textil global ha crecido. Pero en general, el valor de las exportacio­nes de textiles de China alcanzó su máximo en 2014 y podría caer de manera bastante dramática en los próximos años.

METALES

ILUSTRACIÓ­N: ISMAEL ANGELES

¿Qué tiene eso que ver con el acero y el aluminio? Los metales son enormement­e sobre-suministra­dos en China, y el exceso enturbia los mercados internacio­nales. En cada una de estas industrias, China ahora representa la mitad de la oferta mundial.

A simple vista, la dinámica industrial de los metales es totalmente diferente a la de los textiles. La principal ventaja de China con respecto a los textiles era el salario; en el sector de metales, su aumento de capacidad se relacionó con menores costos de insumos, plantas nuevas y más eficientes, y la voluntad de operar con márgenes más pequeños (o incluso con pérdidas) para pagar la deuda.

Pero en otro nivel, las disputas comerciale­s sobre los metales se relacionan con los salarios y la ventaja manufactur­era de China. Las lavadoras, bicicletas y herramient­as de jardinería se fabrican en China con acero chino y se exportan a EU.

La industria automotriz china, que está dominada por empresas conjuntas con fabricante­s de automóvile­s extranjero­s que utilizan acero y aluminio de fabricació­n china, ahora está mirando hacia los mercados de exportació­n para seguir creciendo. La fabricació­n de aviones — otro consumidor de aluminio — se ha trasladado a China.

La realidad es que aumentar los aranceles sobre las importacio­nes de acero y aluminio en EEUU probableme­nte aumentaría los precios en el país y los deprimiría­n internacio­nalmente. Y eso sólo aumentaría la ventaja de costo de los fabricante­s en China y en otras partes del mundo sobre EU.

En Jiaxing en 2005, el Sr. Ross ofreció algo de sabiduría: “China se ha convertido en un símbolo de los problemas para las manufactur­as de EU y los problemas de la balanza comercial”, dijo. Eso aún es cierto. Ahora que él es secretario de comercio debe tener cuidado con lo que hace para abordarlo.

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