Amenaza a la competitividad fiscal
El tema pasó inadvertido, quizá por lo técnico, pero es de la mayor importancia para que México mantenga su posición competitiva en el mundo.
El 7 de junio se firmó en París, sede de la OCDE, la Convención Multilateral para la Implementación de Medidas Relacionadas con Tratados Tributarios para Prevenir la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios.
Traducido al español se conoce como Instrumento Multilateral o IML.
Lo suscribieron 68 países, incluido México, con la firma del subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher.
La Secretaría de Hacienda explicó así el sentido de la Convención: “los países firmantes modifican los Convenios para Evitar la Doble Imposición existentes de una manera sincronizada y eficiente, lo que permite implementar rápidamente las medidas sobre tratados fiscales desarrolladas como parte del proyecto BEPS (Base Erosion and Profit Shifting).
“De tal forma, la Convención evitará la necesidad de renegociar bilateralmente más de dos mil tratados a nivel mundial.”
Según Hacienda, “con la suscripción de esta Convención por parte de México, se logra culminar un trabajo sin precedentes en materia fiscal internacional, cuyo objetivo fue contar con un instrumento jurídico que permita incluir en los Convenios para Evitar la Doble Imposición existentes las medidas diseñadas para evitar situaciones de evasión y elusión fiscal”.
Koen van’t Hek, socio de impuestos internacionales de EY, dijo que esta iniciativa pretende combatir la planeación fiscal internacional instrumentada por grupos multinacionales.
“Este Instrumento Multilateral va a cambiar las reglas del juego de la aplicación de tratados bilaterales para evitar la doble tributación que han facilitado, en ciertas ocasiones, la planeación fiscal internacional”, comentó.
Uno de los cambios más importantes con este instrumento es la introducción de ‘reglas antiabuso’, con las que va a ser más difícil para compañías multinacionales usar tratados bilaterales en su planeación fiscal internacional.
Ahora el SAT va a tener en sus manos un instrumento muy fuerte para combatir la planeación fiscal internacional, dijo el socio de EY.
Hasta ahí todo va bien, salvo por un tema: Estados Unidos, el mayor socio comercial e inversionista de México.
El gobierno estadounidense ha manifestado “informalmente” que no firmaría el IML todavía.
Respecto a esta Convención, “la reacción de EU ha sido tibia”, asegura Koen, quien agrega que el gobierno estadounidense ha tratado de proteger a sus grupos multinacionales cuando invierten fuera de su país y “no han querido entrarle al 100 por ciento a la iniciativa BEPS”.
Adicional a eso, hay otros elementos que son la reforma fiscal del presidente Donald Trump y las propuestas del Partido Republicano, que pueden ser “sumamente atractivas para atraer inversiones a EU”, alerta el experto de EY.
En su opinión, la no firma del BEPS y la reforma fiscal en EU deben preocupar y ocupar al gobierno y el sector privado mexicanos, porque “vamos a perder o estará bajo presión nuestra competitividad como país”.
México, sin duda, debe estar muy interesado en mantener y mejorar su posición competitiva para atraer inversión extranjera.
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