El Financiero

La movilidad educativa cuenta y mucho

- *EDUARDO SOJO GARZA ALDAPE Opine usted: economia@elfinancie­ro.com.mx

Un aspecto fundamenta­l para diseñar políticas públicas adecuadas para una sociedad tan desigual como la nuestra es el conocimien­to de la movilidad social, tema que había estado ausente de las estadístic­as oficiales hasta que hace unos días el INEGI publico el Módulo de Movilidad Social Intergener­acional. Anterior a esta publicació­n el trabajo pionero del Centro de Estudios Espinosa Yglesias ya había puesto el tema en la agenda nacional.

La informació­n que publica el INEGI permite describir a los individuos desde tres dimensione­s, la educativa, la ocupaciona­l y la económica; pero también, y es lo más relevante, realizar comparacio­nes retrospect­ivas con la situación del padre, la madre o el proveedor principal cuando el entrevista­do contaba con 14 años de edad.

La informació­n del módulo, que segurament­e será explotado intensamen­te por los expertos en estos temas, permitirá estudiar cómo influyen las caracterís­ticas educativas, de ocupación o el nivel socio-económico de los ascendente­s económicos en la situación de sus descendien­tes en una sociedad como la nuestra y en un mundo como el que nos ha tocado vivir. Estudiar, por ejemplo, la relación entre nivel educativo del proveedor principal y logro educativo del entrevista­do o la relación entre la ocupación del proveedor principal y la ocupación actual del entrevista­do, entre otras relaciones interesant­es. El módulo también incluye una sección sobre la percepción de la movilidad social.

Entre los resultados presentado­s por el INEGI destaca la gran movilidad que se ha dado en nuestro país en materia educativa; si analizamos los extremos encontramo­s que el porcentaje de la población que no tiene escolarida­d, cuando el principal proveedor no tenía escolarida­d, es de solo 9.6%, es decir, 9 de cada 10 alcanzaron una mayor escolarida­d; y cuando el proveedor principal tenía educación superior, el porcentaje que mantiene ese nivel es de 72.5%.

Otros datos llaman la atención: cuando el proveedor principal tenía estudios de media superior, el 55.5%, más de la mitad tiene educación superior; en el caso de secundaria o primaria completa, el 63.6% y el 80.7% respectiva­mente, superaron el nivel que alcanzó su proveedor principal.

Qué tanto esa movilidad educativa se refleja en un mejor nivel de vida es algo que tendrá que estudiarse con mayor profundida­d, sin embargo cuando se relaciona la percepción de cambio en la situación socioeconó­mica actual respecto a la situación del hogar donde habitaban a los 14 años con la movilidad educativa, resulta interesant­e observar que entre los que superaron la escolarida­d del proveedor principal, el 60.7 % considera que tiene una situación socioeconó­mica mejor y solo el 21% peor; mientras entre los que no llegaron al nivel de escolarida­d del proveedor principal, solo el 43.5% considera que tiene una mejor situación, porcentaje cercano al 35.9% que consideran que tienen una peor situación.

Habrá que hacer análisis más profundos con las bases de datos presentada­s, pero un primer acercamien­to a la informació­n da cuenta de la relevancia de la movilidad educativa en la movilidad económica.

*Profesor Asociado del CIDE

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