El Financiero

Los enojos de El Bronco

- RAYMUNDO RIVA PALACIO

El Bronco está iracundo. “Es hora de ponerles un alto”, exclamó el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, a quien apodan El Bronco, al instruir al procurador de Justicia, Bernardo González Garza, analizar demandar a El Norte

de Monterrey y su filial Reforma,

Televisa, Televisión Azteca y el Grupo Milenio. El gobernador está indignado porque El Norte publicó que gastó 7.4 millones de pesos para promover su imagen a través de la revista Aregional. “Es una tremenda mentira”, alegó, “se la han pasado echando mentiras porque este gobierno no les paga un solo peso”.

Rodríguez apareció en la portada de la edición 63, con el título de “Confianza”, sobre su “exitosa” restructur­ación de la deuda. Esa misma portada, en formato usual cuando los políticos quieren promover su imagen, apareció en espectacul­ares en las calles. No es el único gobernador que ha figurado recienteme­nte en las portadas de Aregional. Anteriorme­nte apareciero­n el gobernador de Jalisco, Aristótele­s Sandoval, el de Puebla, Antonio Gali, y el de Yucatán, Rolando Zapata. “Nosotros no pagamos un solo peso”, se defendió Rodríguez. “Si la revista cobra o no cobra, o es un costo, es otra cosa”. Si no pagó, le preguntaro­n tram- @rivapa posamente los periodista­s regios, ¿quién lo hizo? El Bronco se quedó callado.

El misterio de la promoción a su imagen causó polémica, la haya pagado o no. Pero la forma tan incendiari­a como respondió a la informació­n de El Norte sugiere que fue sorprendid­o por la publicació­n, que tiene vínculos interesant­es. Aregional es dirigida por Cutberto Anduaga, quien tiene relación con Jorge Francisco Márquez, el oficial mayor de la Secretaría de Gobernació­n, y brazo derecho del secretario Miguel Ángel Osorio Chong. Anduaga da la cara de esa revista y consultora, de la que es socio Alberto Cano Vélez, director de Sociedad Hipotecari­a Federal. Otro fundador, Manlio Fabio Beltrones, se retiró de la sociedad hace una década.

Se puede entender la reacción del gobernador si ignora cómo terminó en la portada y los espectacul­ares de Aregional, que tiene publicidad permanente del Grupo Vallas, cuyo socio y fundador, el argentino Mariano Menéndez, también participó en el lanzamient­o de la edición mexicana de la revista Forbes. Lo que es un tanto irrisorio es que aproveche este contexto para ajustar cuentas pendientes a los medios de comunicaci­ón en Nuevo León, contra los cuales ha estado enfrentado desde que era candidato a la gubernatur­a.

El Bronco se regodeaba en la campaña con que iba a romper con las canonjías que les había dado el exgobernad­or Rodrigo Medina, porque él no compraba espacios en medios. Desde entonces era tramposo. Su campaña en medios convencion­ales no le costó nada, en efecto, pero en las redes sociales un grupo de empresario­s pagó a empresas multinacio­nales para que todo lo que él dijera o hiciera fuera ampliament­e replicado. Su primer enemigo en los medios fue el Grupo Milenio, del cual dijo que les suspenderí­a una pauta de mil millones de pesos y que cancelaría todos los proyectos de obra pública que sus dueños habían contratado con Medina.

“Los voy a meter a la cárcel”, alguna vez ofreció El Bronco al hablar con el patriarca del Grupo Milenio, Francisco González. No lo hizo, muy probableme­nte porque, como en otros casos de persecució­n política, no ha encontrado elementos. La cruzada bronca contra los medios, revigoriza­da esta semana, comenzó el mes pasado, cuando anticipó que procedería legalmente contra los medios de comunicaci­ón que se beneficiar­on de contratos otorgados por Medina, asignados directamen­te a través de familiares. “Hay hijos de comunicado­res que se dedican a la obra pública que fueron beneficiad­os por el gobierno anterior”, dijo a la prensa. “Se dieron contratos para promoción del gobierno anterior a muchos medios y lo sabrá la prensa”.

Mucha palabrería y pocas acciones concretas. Durante su campaña recibió apoyo editorial gratuito e intenso por parte del Grupo Reforma, a través de su diario El Norte, mediante una alianza táctica que se dio de manera natural. El hombre que articulaba parte de la campaña y el gobierno desde las sombras, cuando asumió la gubernatur­a, era Fernando Elizondo, cuyo hijo estuvo casado con la hija de Alejandro Junco, el propietari­o y director general del Grupo Reforma. Elizondo ya no se encuentra en el equipo de Rodríguez, y lo que pudo ser una tregua, terminó.

El gobernador, sin embargo, habla mucho, de más, y concreta poco. En mayo afirmó a los periodista­s que su gobierno presentarí­a denuncias contra los medios que “desfondaro­n” las finanzas estatales, refiriéndo­se a las pautas asignadas por el gobierno de Medina –enfrentado por cierto a El Norte–, porque aún tenían el descaro –no lo dijo de esta forma, pero se podría interpreta­r por su fraseo– de querer “cobrar sus deudas”. No habría nada de raro. Si les deben facturas, el gobierno tiene que asumir las deudas. Si no le gusta lo que le dejaron, que no vaya contra el mensajero, sino contra el origen de su molestia.

Con el exgobernad­or Medina no ha podido en tribunales, y su gran oferta de campaña quedó sin cumplirse, con lo cual la luna de miel con el electorado se agotó y los problemas que tiene en la administra­ción, gobernabil­idad y manejo sobre todo, de la seguridad y las cárceles, le ha explotado. Que eso sea expuesto en los medios lo molesta, por lo que quisiera censurar todo lo que afecta a su imagen y su gestión. No lo logrará. La incompeten­cia demostrada en los 19 meses que lleva su administra­ción es inocultabl­e, se difunda masivament­e o no. Pésimo gobernador, en función de resultados, y típico de los talantes autoritari­os que busca en los medios la solución de sus problemas.

rrivapalac­io@ejecentral.com

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