APARECE EL 'ZÓCALO' ORIGINAL EN EXCAVACIONES
El basamento que dio nombre al corazón de la ciudad es prehispánico; continúan las investigaciones para averiguar su función
EL INAH TENÍA REGISTROS PREHISPÁNICOS DE LA EXISTENCIA DEL BASAMENTO, PERO NO SABÍAN SU UBICACIÓN. AYER DIERON A CONOCER SU HALLAZGO.
Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tenían registro en códices prehispánicos de la existencia del basamento que identifica a la plaza principal de la Ciudad de México, aunque desconocían su ubicación.
Ayer, el equipo del INAH, asesor de los trabajos de rehabilitación de la Plaza de la Constitución, dio a concoer el hallazgo de una plataforma circular de 8 metros de diámetro y 28 centímetros de altura, rodeada por un patio circular de 3 metros de ancho, que permaneció oculta por siglos. Así seguirá para asegurar su conservación.
En esta área, Antonio López de Santa Anna pretendía erigir un monumento. El 16 de septiembre de 1843 se colocó la primera piedra de lo que su Alteza Serenísima planeó como un sitio en honor a la Independencia. Un proyecto imposible en un país en ruinas, que no pasó de aquella ceremonia oficial. Así permaneció la plaza hasta inicios del siglo XX.
Los arqueólogos del INAH, Alejandro Meraz, Gonzalo Díaz, Rubén Arroyo y Ricardo Castellanos, encabezaron los trabajos de investigación sobre el sitio, que apareció el pasado 15 de junio.
De acuerdo con información del INAH, los expertos no estaban en busca de algún vestigio en particular, pero acompañan los trabajos de rehabilitación de la plancha porque se trata del área central de Tenochtitlan. Los trabajadores de la Secretaría de Obras de la CDMX dieron con el sitio prehispánico que los arqueólogos siguen estudiando.
El basamento fue afectado por una excavación a finales del siglo XX para introducir el asta bandera y se encuentra seccionado. Según los expertos, es probable que la banqueta hubiera contado con accesos hacia los cuatro rumbos cardinales.
Meraz Moreno explica que la plataforma está construida con un núcleo de mampostería y paramento de bloques de basalto de diferentes dimensiones. El piso del patio consta de lajas, mientras que la banqueta está conformada por grandes bloques de basalto, riolita y andesita.
“Asimismo, en 1875, cuando sobre la plataforma se instaló un quiosco traído de Francia, le fue adosado un murete circular de ladrillos y argamasa, el cual también ha sido registrado”, afirma.
Desde el pasado 21 de abril, el INAH realiza la supervisión arqueológica del Proyecto de Rehabilitación de la Plaza de la Constitución, que contempla la sustitución del piso de concreto y la adecuación de la infraestructura peatonal y urbana. Los trabajos permiten a los arqueólogos bajar sólo 50 centímetros con respecto a la superficie, suficientes para hallar elementos históricos como en este caso.
Fue así que al acercarse al norte del asta bandera, registraron el hallazgo.
Los arqueólogos indican que en 1983, durante los trabajos de salvamento arqueológico por el proyecto de la Línea 8 del Metro —la cual pretendía cruzar la Plaza de Constitución—, su colega Fernando Miranda registró el basamento, pero éste no pudo ser explorado en su totalidad porque las obras del Metro se suspendieron.
También en ese año, el arqueólogo Fernando Miranda reportó la cimentación y los límites del famoso mercado del Parián, cuyo auge se dio durante el Virreinato.
Rosario Reyes