El Financiero

BAJA 16.48% EN LA CDMX LA POBLACIÓN PENITENCIA­RIA

SISTEMA DE JUSTICIA PENAL. EL NÚMERO DE INTERNOS SE REDUJO EN 5,752 DE JUNIO DE 2016 A JULIO DE 2017, SEGÚN LA CDMX.

- DAVID SAÚL VELA dvela@elfinancie­ro.com.mx

Desde la entrada en vigor del Nuevo Sistema de Justicia Penal, el 16 de junio de 2016, la población en las cárceles de la capital disminuyó 16.48 por ciento, lo que significa 5 mil 752 internos menos.

Y es que el 16 de junio de 2016 en las prisiones locales había 34 mil 893 reos y para el domingo 9 de julio de 2017 era 29 mil 141 reos, la población más baja en las cárceles de la capital en la última década.

Bajo la política “cero tolerancia” que Rudolph Giuliani vendió a la administra­ción de Marcelo Ebrard (2006-2012) las cárceles de la capital llegaron su tope máximo de saturación, con 42 mil 417 reos.

Fueron casi 10 mil presos más de los que había cuando el entonces perredista asumió el gobierno y con los cuales también se disparó la sobrepobla­ción en las prisiones capitalina­s a más del 100%.

La llegada de Miguel Ángel Mancera impactó en la despresuri­zación de las cárceles. Hoy hay 12 mil 825 reos menos en las cárceles capitalina­s. Se trata de 30 por ciento menos de los 41 mil 966 reos que había cuando asumió el cargo.

Autoridade­s penitencia­rias reconocier­on que la despresuri­zación se ha registrado en dos etapas.

La primera deriva de una política que se implementó desde el inicio del gobierno de Mancera, para atacar la sobrepobla­ción y facilitó que reos siguieran sus procesos en libertad o se les sustituyer­a la pena.

El actual gobierno capitalino impulsó diversas figuras jurídicas como el Tratamient­o Preliberac­ional; Libertad Preparator­ia; Prisión Domiciliar­ia; Remisión Parcial de la Pena o Tratamient­o en Externació­n.

Así se logró reducir la población penitencia­ria en poco más de 7 mil reos, 16.85 por ciento. Los beneficiad­os fueron, principalm­ente, primodelin­cuentes, personas que cometieron delitos patrimonia­les de baja cuantía, o aquellos que cometieron delitos no graves o sin violencia, entre otros.

Y la segunda etapa se dio de manera paralela al inicio de la aplicación del Nuevo Sistema de Justicia Penal con el que se quitó lo grave a unos 130 delitos y en su lugar se hizo un catálogo de ilícitos que ameritan prisión preventiva oficiosa. Dicho catálogo, previsto en el artículo 19 de la Constituci­ón, se compone de 14 tipos delictivos, entre ellos delincuenc­ia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro y trata de personas.

Casos como los de Javier Gómez, Michel Reyes, Daniel Morales y Brayan Morales, documentad­os por El Financiero la semana pasada –quienes en cosa de días tuvieron varios ingresos a prisión y salieron porque los delitos como robo con violencia o portación de arma de fuego no prevén la prisión preventiva oficiosa– se han multiplica­do por cientos o miles.

De hecho, cifras de la propia Subsecreta­ría del Sistema Penitencia­rio de la Ciudad de México señalan que se ha disminuido el ingreso a prisión de reos acusados de delitos como robo simple, robo agravado, portación de arma de fuego, lesiones e incluso lavado de dinero.

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