Informe Anual de la OMC 2016
En el Informe Anual de la Organización Mundial del Comercio publicado en abril pasado se consigna que la tasa de crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías fue inusualmente baja, 1.3%, en virtud de diferentes factores que concurrieron en el curso del año y que afectaron en mayor medida a las economías en desarrollo. Ciertamente, en el primer trimestre las importaciones de estas últimas experimentaron una baja de 3.0%, equivalente a una disminución anualizada de 11.6%, no obstante, en el segundo trimestre se reanudó el crecimiento, para el conjunto del 2016 sólo crecieron 0.2%; por su parte las importaciones en países desarrollados se incrementaron 2.0%. La debilidad de las importaciones se reflejó en un lento avance de las exportaciones, 1.4% en las economías desarrolladas y 1.3% en las en vías en desarrollo.
La evolución de los precios de los productos básicos y de los tipos de cambio contribuyeron significativamente a los “decepcionantes resultados comerciales del año pasado”. El desplome de las cotizaciones del petróleo y de los metales desde mediados del 2014 privó a los países exportadores de recursos de ingresos para comprar productos importados. Si bien los precios de los productos básicos se han estabilizado y han experimentado una recuperación parcial, es difícil que vuelvan a los niveles de hace varios años mientras las existencias del petróleo sigan siendo elevadas y el dólar mantenga su fortaleza.
Según la OMC, la baja de los precios de los productos básicos tiene efectos distributivos entre los países, se favorecen a los importadores netos y perjudica a los exportadores netos, sin embargo, en la práctica el descenso de los precios registrados desde el 2014 parece haber tenido una repercusión negativa en los productores de petróleo sin los correspondientes efectos positivos en los países importadores.
El director general de la OMC, Roberto Azevedo considera que el escaso crecimiento del comercio internacional registrado en los últimos años refleja en gran medida la persistente debilidad de la economía mundial. El comercio puede fortalecer el crecimiento mundial si la circulación de mercancías y el suministro de servicios a través de las fronteras se mantienen en general sin trabas. No obstante, si los encargados de la formulación de políticas tratan de hacer frente a las pérdidas de puestos de trabajo en sus respectivos países mediante la imposición de rigurosas restricciones a la importación como pretende hacerlo Donald Trump, el comercio no puede contribuir a impulsar el crecimiento y puede incluso representar un lastre para la recuperación.
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