PONE ROBO DE COMBUSTIBLE NERVIOSOS A NUEVOS INVERSIONISTAS
Comprar gasolina robada en el estado mexicano de Puebla es fácil. Sales de la carretera principal a un estacionamiento, y los vendedores están esperando en camionetas cargadas con garrafones.
Con un sifón ponen el combustible en el tanque con una diferencia respecto a gran parte de las estaciones de gasolina, no engañan a los clientes: ellos son los huachicoleros, pero ahora están poniendo nerviosos a potenciales inversionistas.
Si bien este comercio ilegal ha ocurrido durante décadas, explotó en los últimos años y ahora cuesta a Pemex más de 20 mil millones de pesos al año.
El gobierno ha comenzado a actuar porque necesita atraer capitales extranjeros al sector energético, donde la producción de petróleo ha estado cayendo debido a una combinación de inversión insuficiente en exploración y producción, envejecimiento de pozos y deficiencia de infraestructura.
INVERSIONES EN PELIGRO
Los inversores potenciales que ya miran de reojo el goteo constante de las pérdidas por robo y contrabando son aún más propensos a ser disuadidos por la violencia de las pandillas de drogas.
“Para los potenciales participantes en el negocio del combustible, ya sea que estén importando gasolina o diesel o busquen construir terminales, es un golpe de realidad”, dice John Padilla, director de la consultora de energía IPD Latin America.
Exxon Mobil, Glencore Plc y BP han anunciado planes para instalar o suministrar gasolineras en México. El comerciante de productos básicos Trafigura Group ha solicitado permisos de importación de combustible.
Hasta 2 mil 300 millones de dólares en inversiones se han prometido para tuberías, así como terminales para almacenamiento y transporte, según el regulador de la industria.
“Tomamos el robo muy en serio”, dijo la portavoz de ExxonMobil, Charlotte Huffaker, en un correo electrónico, agregando que la compañía sigue “comprometida con la apertura de las estaciones de servicio de marca Mobil en México”, pero que no será propietaria ni operará directamente las estaciones.
Los inversores probablemente permanecerán alejados de lugares como el Triángulo Rojo. “Van a comenzar en áreas menos vulnerables al robo de combustible”, dice Alejandro Schtulmann, presidente de Empra, una consultora de riesgo en la Ciudad de México. “Sólo invertirán más cuando vean que la situación es más segura”.
Los funcionarios dicen que están persiguiendo a compradores, así como vendedores. Pemex canceló contratos con siete estaciones de servicio en Puebla que están bajo investigación por recibir combustible robado.
El director general de Pemex, José Antonio González Anaya, ha dicho que la compañía está atacando la demanda del mercado. Este mes, la Procuraduría General de la República arrestó a un alcalde del Triángulo Rojo, Pablo Morales, por supuesta participación en el comercio.