Ante todo, la autonomía
A partir del 1 de octubre de este año, el actual Gobernador del Banco de México, fungirá como Gerente General del Banco Internacional de Pagos con sede en Basilea, Suiza. Mucho se ha especulado sobre las razones de su salida. Las razones de fondo probablemente sólo las conozca él y siendo ya una decisión tomada, lo que sigue es enfocarse en quién ocupará su cargo.
El ánimo y la confianza de los mercados ha cambiado significativamente desde finales del año pasado o incluso a principios de este. Ante la llegada del nuevo presidente norteamericano, quien tiene un profundo sentimiento antimexicano, el anuncio de la salida de Agustín Carstens se leyó en su momento como una variable adicional de inestabilidad. Hoy las cosas se ven distintas. Hemos visto algunos controles en juego en la política estadounidense, pero haríamos mal en pensar que la posibilidad de medidas contrarias a los intereses de nuestro país tomadas por los Estados Unidos ha desaparecido. La probabilidad, hasta este momento, ha disminuido, pero todo puede cambiar de un momento a otro.
México tendrá en los próximos meses muchas variables en el aire: la elección presidencial, nueve elecciones estatales y la negociación comercial más importante que ha tenido en los últimos años. Todo esto bajo la sombra de la corrupción y la poca transparencia. En este sentido, el nombramiento del próximo Gobernador de nuestro Banco Central se vuelve fundamental. Puede convertirse en una variable que funcione como ancla en el ámbito económico o una fuente adicional de incertidumbre.
La Constitución señala en el párrafo séptimo del artículo 28 que “la conducción del banco (central) estará a cargo de personas cuya designación será hecha por el Presidente de la República con la aprobación de la Cámara de Senadores o de la Comisión Permanente”. Así, la Junta de Gobierno del Banco de México está integrada por cinco miembros designados por el Presidente aprobados por el Senado. Entre ellos, el Ejecutivo Federal nombra al Gobernador del Banco quien preside la Junta de Gobierno. Hoy, el Banco de México es presidido por Agustín Carstens y los cuatro subgobernadores son Roberto del Cueto, Alejandro Díaz de León, Javier Eduardo Guzmán y Manuel Ramos Francia.
Al quedar vacante el puesto de Gobernador, el Presidente podrá nombrar para ocupar el cargo a un subgobernador en funciones, o bien, designar a un nuevo miembro de la Junta de Gobierno, y al estar ésta ya integrada, nombrar a un gobernador dentro de los cinco integrantes. Mientras se hace el nombramiento, el subgobernador con mayor antigüedad en el cargo será el Gobernador Interino del Banco y presidirá la Junta de Gobierno.
Quizá sobraría recalcar la importancia de contar con un banco central sólido, confiable e independiente, pero en momentos en los que algunas instituciones se tambalean no está de más enfatizar el rol fundamental que el Banco de México tiene en la confianza del sistema financiero —incluido el sistema bancario, el sistema de pagos, el mercado de crédito, el dinero en sí mismo. Por supuesto que esa solidez no debe de perderse, pero no debe siquiera haber un ápice de duda.
Así, el nombramiento del sucesor de Carstens será uno de los temas más importantes de la agenda de los próximos meses. La organización México, ¿Cómo Vamos? le hace una pregunta cada mes a los expertos que la conforman para conocer su posición en temas de coyuntura. La de junio fue sobre las características, aparte de las que estipula la Ley, que idealmente debería de tener el siguiente Gobernador. Se sugería, siendo una pregunta con un componente de opción múltiple, si era deseable que tuviera experiencia en el sector público, en el privado, en la academia o ser funcionario de carrera del Banco de México.
Siendo México, ¿Cómo Vamos? un grupo plural se obtuvieron respuestas diversas. Para algunos expertos es fundamental que tenga experiencia en el sector público, para otros es importante que cuente con experiencia académica y para algunos más ser funcionario de carrera del Banco es relevante. Sin embargo, en lo que la mayoría coincide al ampliar sus respuestas es que la persona que sea nombrada Gobernador del Banco de México debe de ser reconocida por su independencia en términos de toma de decisiones. La autonomía del banco central debe protegerse en la designación que pronto hará el Presidente.
Banco de México es una institución sólida que ha ido construyendo la confianza con los años. Seguramente alguien está asesorando a Enrique Peña Nieto sobre el nombramiento. Ojalá que quien lo haga tenga claridad sobre el mensaje que mandarán con la designación. La solidez y la autonomía del banco central deben mantenerse.
Opine usted: @Valeriamoy
*La autora es profesora de Economía en el ITAM y directora general de México, ¿Cómo vamos?