El Financiero

SALTO AL MANDO

CLINT DEMPSEY SOBREVIVIÓ A UNA INFANCIA REPLETA DE CARENCIAS Y A UNA DEFICIENCI­A CARDIACA PARA TRIUNFAR. ANTE JAMAICA BUSCA CONVERTIRS­E EN EL GOLEADOR HISTÓRICO DE ESTADOS UNIDOS

- ALAIN ARENAS aarenas@elfinancie­ro.com.mx

El matrimonio de Aubrey y Debbie Dempsey vivió siempre modestamen­te. Nunca pudieron adquirir una vivienda, porque sus sueldos como carpintero y enfermera no eran suficiente­s para comprarla. Tuvieron que conformars­e con una casa rodante que establecie­ron en Nacogdoche­s, ciudad ubicada al Este de Texas. Fue allí en donde nacieron Ryan y Clint, dos de sus cinco hijos. También allí tuvieron su primer contacto con el futbol, según el portal de US Soccer.

Cuando Clint tenía 2 años (1985) desapareci­ó la North America Soccer League, el certamen de Primera División de Estados Unidos que había sido fundado en el 66. El balompié tomó un segundo aire con la clasificac­ión de la Selección al Mundial de Italia 90, la primera vez desde Brasil 1950. El menor de los Dempsey observó cómo el equipo que dirigió Bob Gansler perdió sus tres encuentros de la fase de grupos ante Checoslova­quia, Austria e Italia.

El niño se enamoró del “soccer”, como lo llaman hasta ahora los estadounid­enses. A los 10 años ya jugaba con los Strikers, club amateur de la región. En ese 93 pidió a su padre –según la biografía publicada por Wayne Drehs de ESPN- que lo inscribier­a en los Longhorns de Dallas, equipo que tenía sus instalacio­nes a tres horas de camino en auto desde Nacogdoche­s. Aubrey aceptó. Lo llevó a probarse. Clint se quedó en el plantel.

Aubrey y Debbie se alternaron para llevar al niño a entrenar y a jugar durante los años siguientes. En ese invierno se formó la Major League Soccer.

La afición de Dempsey se afianzó en el Mundial de 1994. Observó los partidos de su ídolo Diego Armando Maradona. El cuadro estadounid­ense –entrenado por Bora Milutinovi­calcanzó la segunda ronda por primera vez desde Uruguay 1930, en la que perdió ante el futuro campeón, Brasil.

Clint sufrió un momento duro al año siguiente. Sus padres dejaron de llevarlo a entrenar por darle la preferenci­a a Jennifer, su hermana, quien era una de las mejores tenistas juveniles de Texas e iniciaría una gira por los mejores torneos del estado. Pero los planes se truncaron. Ella falleció ese mismo año por un aneurisma cerebral. El futbolista hizo la promesa, según confesó en el portal de la Federación estadounid­ense, que siempre que hiciera un gol se acordaría de ella. Hasta la ha evocado en sus 202 tantos (57 de ellos con la nacional).

Estados Unidos se clasificó por tercera ocasión consecutiv­a al Mundial de Francia 98. Fue eliminado en fase de grupos. Dempsey, dos años más tarde, tuvo un breve regreso a los Longhorns y después los abandonó. Se inscribió en la preparator­ia Nacogdoche­s, en la que se unió al programa de futbol. El equipo tuvo récord de 54 victorias, dos empates y tres derrotas en cuatro años mientras él fue parte de la plantilla. En su último año fue nombrado en el 11 ideal de toda la Unión.

Su desempeño hizo que en 2004 el New England Revolution lo selecciona­ra en el Draft de la MLS. En su primera campaña se adueñó de la titularida­d, marcó siete goles, ganó el premio al Novato del Año y obtuvo su primera convocator­ia a la Selección ante Jamaica, en partido eliminator­io rumbo al Mundial de Alemania 2006. El duelo terminó en empate a uno.

En un encuentro amistoso contra Inglaterra, en Wembley, marcó la primera anotación con el combinado. Hoy comparte con Landon Donovan la cifra máxima de la joven escuadra. Clint llegó a los 57 en 21 partidos menos que el crack del inicio de siglo.

“Desde sus primeros juegos se convirtió en un líder dentro de la cancha. Tiene mucha explosivid­ad e velocidad cuando tiene el balón y puede cambiarte el partido con una jugada, además de que tiene buen disparo de media distancia, algo muy valorado en la Selección”, sostiene Jonathan Bornstein, ex selecciona­do que coincidió con Dempsey entre 2007 y 2011.

Dempsey recordó en una entrevista al portal de la MLS que su sueño era jugar una Copa del Mundo. La ilusión se materializ­ó en el verano de 2006 en Alemania, cuando arrancó de titular en el empate contra Italia, en el segundo encuentro de la fase de grupos. Audrey, Debbie y sus hermanos estaban ese día en el estadio de Kaiserslau­tern. Cinco días después anotó el único gol en la derrota contra Ghana, que confirmó la eliminació­n de Estados Unidos.

Su actuación le llevó a fichar por el Fulham de la Liga Premier de Inglaterra en el que juega seis años.

“Fuera del terreno de juego habla mucho con sus compañeros, los ordena. Cuando el equipo está abajo en el marcador al medio tiempo los motiva y los impulsa a remontar. De ser necesario grita para que reaccionen. No sólo lo dice con palabras, cuando sale al campo es el primero que lo demuestra con los pies”, añade Bornstein.

Su buen rendimient­o continuó en el 2010. Se ganó su segunda convocator­ia al Mundial, en Sudáfrica, en el que Estados Unidos quedó fuera en octavos de final. Dos años más tarde firmó con el Tottenham, en el que permaneció una campaña. En 2013 regresó a la MLS para jugar con el Seattle Sounders, en el que continúa actualment­e. Durante el Mundial de Brasil 2014 fue nombrado capitán, en ausencia de Donovan, quien no fue convocado por Jürgen Klinsmann, entonces entrenador.

Dempsey se retiró momentánea­mente del futbol en agosto pasado. Un estudio le detectó una irregulari­dad en el corazón. El mes siguiente fue operado en dos ocasiones para corregirlo. Nunca quiso ahondar sobre su padecimien­to. En febrero pasado anunció su regreso a las canchas y, en marzo, volvió a la Selección en un partido eliminator­io ante Honduras, en el que marcó tres goles.

El viernes pasado fue integrado al selecciona­do como uno de los siete refuerzos para la segunda ronda de la Copa Oro, en la que hoy jugará la final contra Jamaica. El sábado hizo una anotación y repartió una asistencia para ayudar a su representa­tivo a vencer a Costa Rica en semifinale­s, con lo que su país se convirtió en el primero en clasificar en 10 ocasiones a la final del certamen.

“En los primeros juegos, Estados Unidos no lució regular. Cuando Dempsey reforzó al equipo le dio un salto de calidad. Se notó en el marcador y en el desempeño. En los últimos años, Clint asumió la responsabi­lidad de ser el líder y ha hecho un gran trabajo. Está entre los cinco mejores jugadores de la historia del selecciona­do y el más regular del último lustro”, agrega Bornstein, mundialist­a en Sudáfrica 2010.

Si Dempsey logra la victoria hoy, ganará la tercera Copa Oro de su carrera (2005 y 2007).

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