Tiempo de repensar la estrategia de seguridad (I)
En las últimas semanas hemos escuchado indicadores de homicidios, provenientes de dos sistemas de información, por un lado, las del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que genera la información a partir de Averiguaciones Previas o Carpetas de Investigación iniciadas por el Ministerio Público, que le envían las Procuradurías Generales de Justicia y las Fiscalías Generales de las Entidades Federativas. Las cifras recientes son extraordinariamente preocupantes: mayo y junio han sido los meses de mayores denuncias de homicidios dolosos de los últimos 20 años, 2,186 y 2,566, respectivamente. Con esos datos en el primer semestre del 2017 el número de homicidios se incremento 30% en comparación con los primeros seis meses del año anterior.
El otro sistema de información para captar los homicidios es el del INEGI, que genera la información a partir de actas y certificados de defunción que capta de los Servicios Médicos Forenses y los Registros Civiles, que complementa con información proporcionada por las Agencias del Ministerio Público. La Información difundida se refiere al 2016 y es igualmente preocupante. El número de homicidios por cada cien mil habitantes, que es un mejor indicador para comparar la información en el tiempo y con otros ámbitos geográficos, alcanzó la cifra de 20, la cuarta cifra más elevada para este indicador desde 1990, sólo superada por las reportadas en el 2010, 2011 y 2012.
La cifra del SESNSP siempre es menor que la del INEGI pero siguen la misma tendencia. Si utilizamos las cifras reportadas hasta ahora por el SESNSP para predecir las cifras del INEGI es probable que este año se alcance la cifra de 25 homicidios por cada 100 mi habitantes, la más alta en más de cincuenta años.
Desafortunadamente no se trata de una coyuntura sino de un patrón que se viene observando en los últimos años. En nuestros país la cifra de homicidios venía disminuyendo paulatinamente desde 1990 cuando se registraron 17 homicidios por cada 100 mil habitantes hasta el 2007, cuando se alcanzó una cifra de 8. A partir de ese año y hasta el 2011 el crecimiento fue extraordinariamente elevado, para llegar en el 2011 a 24 homicidios por cada 100 mil habitantes, tres veces más del registrado en el 2007. Posteriormente tuvimos una caída moderada para llegar a 17 en el 2014 y en el 2015. El año pasado y lo que llevamos del 2017 han regresado cifras que pensábamos ya no se repetirían. Por ello me parece que es tiempo de regresar a la mesa, volver a realizar los diagnósticos y repensar las estrategias. En un tema tan delicado el pretexto de que estamos ya en tiempos electorales no vale.
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*Profesor Asociado del CIDE