Empieza la renegociación del TLCAN
En los siguientes días se tendrá la primera de varias rondas de renegociación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TLCAN), como resultado de la petición del gobierno norteamericano entrante. Este tratado, como su mismo nombre lo indica, tenía como objetivo fomentar el libre comercio entre los países integrantes y ha estado en vigor por 23 años.
Cuando se firmó en 1993 varios consideraban que no era conveniente para nuestro país, ya que la economía mexicana no estaba en condiciones para competir con las otras dos. Este fue el primer tratado de libre comercio de un país subdesarrollado con otros desarrollados y no eran claros los diferentes efectos e impactos que habría. Sin embargo, los datos nos confirman que ha sido beneficioso para los tres países integrantes del mismo, con un crecimiento exponencial del comercio y una creación estimada de 40 millones de empleos en la zona. Solo el comercio entre México y nuestro vecino del norte es superior a los dos mil millones de dólares diarios y nuestro país es el principal cliente de los productos norteamericanos a nivel mundial.
Uno de los principales objetivos del tratado es el incremento del comercio y la inversión, por medio de la eliminación de los aranceles (es decir de los impuestos a la importación de bienes) y las restricciones no arancelarias, como son las cuotas y los permisos a las importaciones entre otros. Además se pretendía eliminar las distintas restricciones a las inversiones entre estos países.
La teoría detrás de estos tratados es que las naciones que realizan mayor comercio internacional elevan sus niveles de producción y de consumo, por medio de la especialización en donde son más competitivos. Por ejemplo, México incrementaría relativamente su producción de bienes más intensivos en mano de obra, mientras que Estados Unidos lo haría en aquellos que requirieran más capital, es decir habría un incremento en la producción total. Sin embargo y a pesar de que habría un beneficio en el total, es necesario enfatizar que habría sectores y empresas “perdedores”, esto es aquellos que crecerían menos o que incluso tendrían una pérdida neta.
Una condición importante para lograr un mayor desarrollo es que las empresas de los tres países enfrenten condiciones parecidas, es decir que tengan un “piso parejo” en impuestos y de facilidades en términos de permisos, requisitos y trámites de sus gobiernos, de seguridad y de aplicación del Estado de derecho, un bajo nivel de corrupción (que es un “impuesto adicional”) así como la existencia de un tipo de cambio que no estuviera excesivamente devaluado o subvaluado. En varios de estos temas México continúa rezagado, lo que le ha impedido beneficiarse en su totalidad del tratado comercial.
Algunos sectores sensibles quedaron exentos del TLCAN, como fueron el petróleo y las armas, los derechos de propiedad, el sector laboral y los servicios médicos o que no fueron incluidos porque no existían en ese entonces como son el comercio por Internet. Algunos de estos si entrarán a la negociación en esta ocasión.
Es un gran avance que se inicien estas negociaciones, ya que en un principio se habló de que se podría cancelar. Si esto último ocurriera, los tres países integrantes del mismo tendrían pérdidas, ya que el comercio internacional incrementa la producción total. Si se contrajeran las importaciones por mayores restricciones o aranceles bajarían las exportaciones y las ventas de las empresas, por lo mismo la producción y el empleo en cada país. Por lo mismo, es erróneo pensar que dejar de importar productos de México incrementaría el empleo total en Estados Unidos.
Se espera que las rondas de negociaciones finalicen a finales del presente año o a inicios de 2018. Y en ese momento se iniciarían los diversos trámites en los poderes legislativos, que pueden durar alrededor de seis meses, para proceder a la firma del tratado. Después de esa firma se enviaría a los Congresos para su aprobación final, que dependiendo de cada país con sus respectivos calendarios podría tardar todavía unos meses más. Por lo mismo, el nuevo tratado entraría en vigor hasta el año de 2019.
Esto significa que todavía habrá varios sustos y sorpresas adiciones en los siguientes meses, que tendrán impactos en los distintos mercados financieros.