UNA PAUSA, MAESTRO
gente de poco nivel taurino abrace su tauromaquia para atacarlo en pos de parecer buenos aficionados, qué pena, maestro, todo lo contrario; aquellos que lo atacan sólo brillan por la inmadurez de la inseguridad. Leo en redes, incluso a presidentes de “peñas”, atacar lo que usted ha escrito con sangre y en oro dentro de la historia de la tauromaquia. Me desespera no poder explicarles, pero no hay forma, si la pureza de su toreo no los convence, no hay otro argumento.
Tome usted una pausa, maestro, lo que usted necesite. Los que admiramos su tauromaquia lo esperaremos. No sea cruel con nosotros, no tarde mucho. Yo de momento, de mi cava de puros ya he seleccionado los mejores tres para su regreso, esperando lanzarle uno en alguna vuelta al ruedo.
Le agradezco a Dios que mi padre —a quien debo mi afición— haya sido cómplice en sus tardes de gloria, maestro, al lado de mis hijos. Tres generaciones que amamos el toreo y el toro, unidos por un sentimiento que sólo los privilegiados RODRIGO VARGAS ICAZA como usted son capaces de crear.
También llora el toro, aquél que sueña con ser toreado por Morante, con suavidad, sin ventajas, con el medio pecho en la distancia corta, con el vientre acompañando la embestida brava y por debajo, en una unión mágica de bravura, arte y sentimiento. También llora el toro, maestro, él lo espera en la paz del campo. Espero encuentre usted, maestro Morante, la paz en esta pausa como la encuentran los toros bravos en el campo.
Hasta pronto.