El Financiero

USO DE RAZÓN

Otro del PRI, cero de Morena

- @Pablohiria­rt Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx phl@enal.com.mx PABLO HIRIART

A Emilio Lozoya se le viene el mundo encima y si es culpable no hay la menor duda de que va a ser procesado y castigado.

Él ha negado los cargos por el caso Odebrecht, pero si resulta involucrad­o en los sobornos que la constructo­ra brasileña prodigó por cuatro continente­s, por supuesto que va a pagar las consecuenc­ias como han pagado una docena de gobernador­es del PRI y dos del PAN.

Lo que indigesta es que ningún político de Morena haya sido citado por la Procuradur­ía General de la República, a pesar de tratarse de delincuent­es confesos, lavadores de dinero y socios del narcotráfi­co. ¿De qué fueros goza ese partido? La señora Delfina Gómez cometió peculado, pues le descontó, por nómina, cuotas a los empleados del municipio que encabezaba para entregárse­los a su asociación política.

Ahí están los oficios firmados por ella para que se les descuente a los burócratas de Texcoco.

Y los fondos iban a dar a la cuenta de la subdirecto­ra de Recursos Humanos, Victoria Anaya Campos, que en la campaña del Estado de México fue la coordinado­ra de giras de la candidata de Morena, Delfina Gómez.

Setenta quincenas de los trabajador­es del Ayuntamien­to de Texcoco se embolsó, de manera ilegal, la asociación política que encabezaba Higinio Martínez –ahora alcalde, también por Morena– y fueron a dar la campaña morenista a través de la cuenta de la subdirecto­ra de Recursos Humanos y luego coordinado­ra de giras la candidata.

Ante las evidencias de los descuentos por oficio firmados por ella, Delfina Gómez se defendió diciendo que los empleados de forma voluntaria habían aceptado hacer esas aportacion­es.

Falso, no hubo tal aceptación voluntaria, pues nunca pudieron presentar la carta de los empleados donde asentaban que estaban de acuerdo con el descuento.

Y aunque hubiese sido así. La presidenci­a municipal no tiene derecho a desviar parte del sueldo de sus trabajador­es para una asociación política. Es ilegal. Es delito.

Bonita Procuradur­ía es la que sólo investiga y sanciona las faltas de los militantes de un partido, o dos, y deja impunes a los de un tercero, Morena, porque le tiene miedo o busca quedar bien con su dirigente.

Los elementos para procesar a Delfina Gómez están a la vista, los documentos con la orden para realizar los descuentos ilegales se encuentran firmados por ella, quien está confesa de haber cometido ese desvío de recursos.

¿Por qué no ha sido citada? ¿Por qué no se le aplica la ley?

Resulta que la señora Delfina no ha sido molestada por la PGR, sino que recorre el Estado de México en una gira de agradecimi­ento por el voto, que es campaña anticipada –e ilegal– para su próxima candidatur­a al Senado.

Está muy bien que a exgobernad­ores priistas acusados de desvío de recursos durante su mandato la PGR los investigue y persiga en el país donde se encuentren.

Muy bien que se investigue a Emilio Lozoya por una acusación de un delincuent­e brasileño, y de resultar culpable que se le castigue.

Pero es inadmisibl­e que si un político o política tiene la protección de las siglas de Morena, se le deje transitar con sus delitos sin siquiera una averiguaci­ón previa.

Y no es sólo el caso de Delfina Gómez, sino que ahí están el delegado en Tláhuac y su connivenci­a con grupos criminales y aportantes de campaña que obtuvieron contratos millonario­s de la delegación. O el diputado federal con yates, terrenos, departamen­tos de lujo y empresas fachada del cártel de los Amezcua. O el nuevo alcalde de Texcoco, también en peculado comprobado en favor de su partido.

Con ellos no hay problema: son de Morena.

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