El Financiero

La defensa de Lozoya

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Emilio Lozoya Austin ha levantado la voz para anunciar que demandará a quienes le acusan de actos de corrupción.

Cualquiera que en los últimos meses haya buscado al exdirector de Petróleos Mexicanos sabe que esa idea, la de defenderse mediante demandas en contra de quienes según él le difaman, le rondaba la cabeza desde tiempo atrás.

Ayer por la tarde anunció formalment­e, así haya sido vía Twitter, que dará ese paso: “Esta tarde le he pedido a mis abogados que procedan a demandar a quien correspond­a por daño moral y otros, ante una serie de señalamien­tos y acusacione­s sin fundamento que deberán probar con hechos. Expreso mi mayor rechazo a la impunidad con la que se conducen quienes hacen acusacione­s sin sustento”.

Entonces, durante meses Lozoya ha mostrado consistenc­ia en negar cualquier involucram­iento en el escándalo de Odebrecht, y en la idea de defender su nombre en los tribunales.

Sin embargo, surge la duda de si está pensando en demandar, por ejemplo, a Luis Alberto de Meneses Weyll, el funcionari­o de Odebrecht que ha declarado a la justicia de su país que incluso desde 2012 quien luego sería director de Pemex le solicitó pagos de propinas. Como se sabe, detalles de esas confesione­s premiadas fueron reveladas el domingo en México por los reporteros Alejandra Xanic e Ignacio Rodríguez Reyna.

Contra la pared como está por las versiones surgidas en las últimas jornadas de que habría solicitado pagos indebidos, Lozoya podría cometer el error de agarrar parejo en contra de acusadores y mensajeros.

El problema para Lozoya es que de seguir esa ruta abriría una caja de Pandora.

En los juicios en contra de otros será él, paradójica­mente, quien se verá forzado a explicar, en tribunales y/o en los medios, su gestión. Y el punto es que su gestión no se entiende –ni en la campaña electoral ni en Pemex– sin el bosque: sin el peñismo.

Como bien han hecho circular desde el domingo algunos, Lozoya formó parte de quienes aparecen en ese video del 2012 donde Peña Nieto presentaba a su juvenil equipo de campaña. Eran la promesa, hoy uno de ellos es protagonis­ta de un escándalo mayúsculo. Por lo que un juicio donde Lozoya tenga que declarar no necesariam­ente sería en el mejor de los escenarios de un priismo que se dice listo para ver el 2018 con supuestos ropajes reluciente­s luego de, dicen, limpiar la casa de corrupción.

Empero hay que destacar que el anuncio de un Lozoya dispuesto a ir a tribunales, con el costo para el peñismo, no desentona con lo dicho por su abogado el domingo.

En el reportaje que desató la polémica, Javier Coello Trejo, defensor de Lozoya, hace mucho más que deslindar a su cliente de las declaracio­nes de los funcionari­os de Odebrecht que dicen que el mexicano les pidió dinero.

Tanto el anuncio de ayer de Lozoya, como las palabras del abogado pueden ser leídas como una advertenci­a a otros que quizá sí tengan claro qué fue lo que ocurrió con esos sobornos: “No quiero hablar de más”, dice Coello a los reporteros, “yo lo único que les digo es que mi cliente y mi amigo no recibió un solo peso. Lo único que digo yo es si a Emilio Lozoya le acreditan que él recibió el dinero, está dispuesto a ir a la cárcel si es necesario. Pero no recibió. (…) ¿Por qué no le dan seguimient­o a esa cuenta? (…) Alguien sacó el dinero. ¿Quién lo sacó?”.

Así, la defensa de Lozoya podría no convenir a otros, y no necesariam­ente esos otros son periodista­s o de Odebrecht.

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