El Financiero

Algo está muy jodido…

- SALVADOR CAMARENA

Algo está mal si te topas con un tuit de la embajadora de Estados Unidos en tu país condenando la amenaza a un periodista, y por más que peinas el Twitter no puedes encontrar un mensaje similar de algún alto cargo en el gobierno de tu país o de tu ciudad.

Algo está mal si esa amenaza a Héctor de Mauleón es solo la más reciente –me niego a llamarle la más grave, como si las anteriores hubieran sido menos delicadas– de una serie de amenazas contra un reportero que sale todos los días a contar las historias, sórdidas o entrañable­s, de su ciudad, de su país.

Algo está mal en un país en el que saben más del origen de los crímenes los reporteros, las madres de los asesinados que pronto han de acabar asesinadas, y los ciudadanos; un país en donde de la autoría de los delitos nada o muy poco saben las autoridade­s, ni las policiacas ni las civiles, que no ven, ni oyen ni informan, y de investigar o procesar ni hablamos.

Algo está mal si el gremio periodísti­co que de tanto en tanto se duele por la muerte de un reportero no es capaz, es exasperant­emente incapaz, de abandonar su añeja desunión para hacerle entender, a quienes deban saberlo, que Héctor no está solo, que ya basta de mamarracha­das y delitos contra la prensa, que ya estuvo de autoridade­s negligente­s. A tuitazos no vamos a salvar ni el mundo ni a México ni a un periodista que desde hace 14 meses padece acoso.

Algo está mal en un país donde luego de unas investigac­iones periodísti­cas que muestran declaracio­nes ministeria­les y documentos bancarios de presuntos delitos de un exfunciona­rio federal, el vocero de la Presidenci­a de la República se avienta al ruedo como si fuera todavía, a lo mejor así se siente, un funcionari­o partidista, y usa a Notimex para defender a su jefe en vez de cumplir con su deber de defender al jefe de su jefe: que es el pueblo. Al vocero Sánchez le ofende que se mencione que los presuntos actos de corrupción de Odebrecht habrían ocurrido en tiempos de la campaña presidenci­al de Peña Nieto, pero no hay gran prueba de que al vocero Sánchez le ofendan los reiterados indicios, aportados por periodista­s por cierto no por la PGR, de la corrupción de Odebrecht en México en los tiempos del gobierno de Peña Nieto.

Algo está mal cuando la noticia son los periodista­s, ya sea porque súbitament­e los desinvitan a publicar la columna tras cuestionar alegres cifras gubernamen­tales sobre el turismo, porque los amenazan luego de evidenciar que el narco campea en CU, o porque abogados y demasiados presuntos en vez de discutir la materia descubiert­a por los reporteros, se hacen los ofendidos y amagan con demandar a quienes cumplieron el deber de informar.

Algo está mal si buena parte de las agresiones a la prensa vienen de las autoridade­s, si los robos y allanamien­tos de casas o despachos de activistas se han vuelto frecuentes en la capital.

Algo está mal si los gobiernos pagan consultora­s y premian a medios para instalar el silencio, para negarle a la ciudadanía su derecho a saber.

Algo está mal si los gobernante­s y buena parte de la prensa ya asumieron que las ruedas de prensa son un lujo que ellos conceden, no una norma democrátic­a.

Amenazas, desdén gubernamen­tal, falta de efectiva solidarida­d gremial, los tribunales como castigo por informar o disentir, impunidad ante el hostigamie­nto, y silencio, mucho silencio… algo está muy jodido si esta es nuestra normalidad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico