¿Momento para tomar utilidades?
A casi cuatro meses de finalizar el año, los mercados de capitales muestran una importante fortaleza con la que superan, en la mayoría de los casos, los rendimientos del 2016. Si bien los avances más significativos se han presentado en los emergentes, los mercados desarrollados se suman a una tendencia de alza que parece no finalizar.
Considerando los máximos que han tocado algunas bolsas, y que los niveles actuales superan las estimaciones que existían antes de iniciar el año, la pregunta obligada es “¿debería tomar utilidades?”
A pesar de noticias poco favorables, nada inyecta suficiente nerviosismo para marcar un cambio significativo en la tendencia. Y no parece que existan factores dis- ruptivos que puedan modificar el sentimiento de los inversionistas, por lo menos no en el corto plazo.
Tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte, investigaciones a la Casa Blanca, debilidad en el precio del petróleo, falta de capacidad de acción de la nueva administración estadounidense, inflación contenida en Europa, mensaje de bancos centrales de un proceso de normalización (aunque sea lento y poco creíble) en la política monetaria, preocupaciones en valuaciones de empresas de tecnología, nada genera un verdadero momento de venta en las bolsas que se extienda de forma relevante. Es más bien visto como una oportunidad para volver a entrar al mercado.
Las valuaciones, respecto al cierre del 2016, lucen baratas en ciertos índices, lo cual contribuye a las apuestas en renta variable. Pero no hay que olvidar que un mayor rendimiento en la renta fija debería, en teoría, reducir la valoración de las bolsas. Además, en algunos casos se trata de utilidades influenciadas por movimientos que no implican un verdadero f lujo de efectivo.
Por otro lado, lo que sí es cierto es que los mercados de capitales parecen cansados y el empuje con que iniciaron el año se ha disipado. Esto soporta la idea de que no deberíamos ver tampoco un movimiento alcista mucho mayor al que ya hemos experimentado; no bajo el contexto en el que se desempeñan actualmente los mercados.
Parecería que el mayor movimiento alcista ya ocurrió y que, en el mejor de los casos, los niveles actuales se sostendrán. Seguir apostando a la renta variable podría no brindar un rendimiento adicional que justifique el riesgo latente de una corrección; con la presión que supondrían las negociaciones del TLCAN, el presupuesto fiscal en Estados Unidos y valuaciones que no se justifican del todo en los fundamentales económicos, sino en un apetito por activos de riesgo y la expectativa de que los planes del nuevo gobierno estadounidense sean benéficos para las empresas.