“ACTUAR CONTRA LA POBREZA, EL PROYECTO CON EL QUE YO SOÑABA”
Josefina (Vázquez Mota) me contrató sin conocerme y puso en mis manos el principal programa social de este país”
Un muchacho que no había recibido formación religiosa en su casa, iba por su voluntad a un coro de iglesia, domingo tras domingo. Eso lo llevó casi de manera natural a asistir a su primer retiro, las “Jornadas de Vida Cristiana”, en 1977, cuando tenía 18 años. Iba desde Cuemanco hasta la Villa a alimentar el espíritu. Tampoco es que fuera antirreligioso; en la preparatoria se había enganchado con los postulados de la izquierda, como casi todos los jóvenes.
“El evangelio es desde entonces y hasta ahora mi inspiración más profunda, mi pulsión más de fondo. La fe en Jesús es lo que marca mis decisiones”, dice Rogelio Gómez Hermosillo, excoordinador nacional de Oportunidades, hoy Prospera.
En ese año, el joven se adhirió a la huelga de la UNAM. Su vocación social lo llevó a hacer labor en las comunidades, a los procesos eclesiásticos y a tomar partido por los pobres. Y lo hizo a través de lo que llamaban “comunidades eclesiales de base”. Gómez Hermosillo buscó un barrio para insertarse. Escogió la colonia Martín Carrera, donde está la Basílica de Guadalupe. De ahí, fue derecho al mundo de las organizaciones no gubernamentales (ONG), como se conocían entonces. Comenzó haciendo traducciones en el Centro Regional de Información Ecuménica, que producía un boletín informativo para la Centroamérica en conflicto, y luego ingresó al Centro de Estudios Ecuménicos, una institución de inspiración cristiana que elabora propuestas para el combate a la pobreza, y que dirigió un año más tarde.
Gómez Hermosillo colaboró ahí seis años, hasta que se tejió, en 1988, una red para empujar el cambio democrático en el país. Él asumió la candidatura del PRD a una diputación en el distrito en el que se alojaba su comunidad de base.
Esa red creció y empezó a generar proyectos comunes, que Gómez Hermosillo coordinaba. Más adelante, mientras hacía observación electoral, conoció a un personaje que sería clave en su vida: Emilio Álvarez Icaza, su compañero en Ahora, el movimiento que pretende impulsar candidaturas ciudadanas en la próxima elección federal. Vigilaron, entre muchos otros, los procesos electorales de San Luis Potosí (cuando fue candidato el doctor Nava) y el de Chihuahua, en 1992. Un par de años después fue fundador de Alianza Cívica, cuando la aspiración era que los votos “se contaran y se respetaran”.
Más tarde dirigió la fundación Vamos, “a la que Martha Sahagún le robó medio nombre”, para conseguir más recursos de los previstos para las organizaciones civiles. Gómez Hermosillo se partía entre la fundación y Alianza Cívica, “con una pata en la negociación y la otra en la confrontación”.
-Y para agregarle un ingrediente a la esquizofrenia, de ahí al gobierno…
-Sí, pero pedí permiso; las decisiones en la sociedad civil se consultan y se comentan.
Desde Alianza Cívica, Gómez Hermosillo se acercó a grupos y personajes más próximos al PAN, como la Coparmex y otros organismos empresariales que no vieron con malos ojos, cuando triunfó Fox, su incorporación al nuevo gobierno. Se le habían adelantado figuras como Marie Claire Acosta, Bertha Luján y algunos otros, que o bien estaban en la administración de Fox o en la de Andrés Manuel López Obrador, en la Ciudad de México.
Josefina Vázquez Mota lo invitó a encabezar el Indesol. Pero siete meses después, lo llamó y le ofreció el programa social más importante del país: Oportunidades, hoy Prospera. “Y también prometió ponerme un técnico. Ayúdame donde se puede, me dijo”. El presupuesto que manejaba a diario equivalía al anual en el Indesol. “Una amiga me había regalado un angelito para que me cuidara, para que no me fuera al lado oscuro con esas tentaciones”.
Un día antes de que tomara posesión Beatriz Zavala, presentó su renuncia. “No estuve un solo día, una sola hora, en el gobierno de Felipe Calderón”. Aunque su exjefa Vázquez Mota fue nombrada Secretaria de Educación Pública, no lo llamó. Ni viceversa…
“Mal que bien, Josefina me contrató sin conocerme y puso en mis manos el principal programa social de este país”, y por eso, Gómez Hermosillo se presentó cuando su exjefa le pidió su respaldo en la campaña por la Presidencia.
Una vez que fracasó dicha empresa, Rogelio Gómez Hermosillo se hizo de su siguiente profesión. Fue contratado como consultor internacional y experto en programas de transferencia por diversos bancos, entre ellos el Mundial. Asesoró a países como Brasil, Perú, Honduras, Guatemala y Pakistán en la planeación y ejecución de sus programas.
Gómez Hermosillo es un fanático del rock y de las novelas policiacas. Trabaja y escribe con heavy metal de fondo. En un ambiente mucho más apacible, bebiéndose un refresco –“Odio Starbuck’s, me dijo cuando quedamos– me cuenta que empezaba a participar en un proyecto educativo cuando al fin pudo echar a andar la Acción Ciudadana frente a la Pobreza, una iniciativa para impulsar acciones contra la pobreza y la desigualdad, por la que dejó a un lado la consultoría. “Este era el proyecto con el que yo soñaba cuando salí del gobierno”.
Aún con el conocimiento “desde dentro” de la elaboración y el funcionamiento de las políticas públicas, y con más relaciones y un mayor nivel “de visibilidad pública”, Gómez Hermosillo puso en pausa su más reciente proyecto porque ahora su vida es, precisamente, Ahora: “Es necesario distinguir los planos, como pasó cuando fundamos Alianza Cívica, que tuve que hacerme para atrás porque una organización de la sociedad civil no puede estar identificada con una apuesta política partidista. Esa es mi convicción”.