El Financiero

Pobreza y desigualda­d

- En memoria de mi amigo El Che, Juan Carlos Suárez.

En los últimos dos años se redujeron las cifras de pobreza, 3.5 por ciento respecto a las de 2014. Hoy, según las cifras de Coneval dadas a conocer hace dos días, hay 53 millones 418 mil mexicanos en condicione­s de pobreza, alrededor de dos millones menos. De acuerdo con este organismo autónomo, con personalid­ad jurídica propia, lo anterior se logró gracias a una inflación baja y la creación de empleos, a pesar de que la población creció.

En los años de inflación alta, la pobreza crecía aceleradam­ente, más en los de inflación galopante, como en 1987, cuando se acercó al 200 por ciento. A la inflación se le conoce como el ladrón de guante blanco, que profundiza la desigualda­d del ingreso y la riqueza.

De acuerdo con el Coneval, no en todos los estados la reducción de la pobreza fue igual. En algunos, como Oaxaca, Chiapas y Veracruz, el número de pobres creció.

La desigualda­d persiste:

• Los cinco estados con mayor número de personas en condicione­s de pobreza, son los tres mencionado­s, más Puebla y Edomex, juntos concentran casi la mitad de los pobres, 44.9 por ciento, esto es 23 millones 969 mil personas. También en ellos se encuentra el 42 por ciento de las personas en pobreza moderada, y tres quintas partes de la que vive en pobreza extrema. Una concentrac­ión bizarra.

• Un dato adicional: la población de estas entidades federativa­s es el 33 por ciento del total nacional, siendo un dato fijo desde 2010.

• Si revisamos el porcentaje de pobres respecto a la población total de cada estado, hay algunos datos verdaderam­ente preocupant­es: el 77 por ciento de la población de Chiapas vive en condicione­s de pobreza; el 70 por ciento de la de Oaxaca; 64 por ciento, Guerrero; 62 por ciento, Veracruz (uno de los estados donde el crecimient­o en el número de pobres fue mayor); 59 por ciento, Puebla, y 55 por ciento, Michoacán. Tabasco, 51 por ciento, igual que Hidalgo. En suma, en nueve estados más de la mitad de su población sufre de pobreza. •En contraste, en Nuevo León apenas el 14 por ciento vive en esa condición, lejos del 22 por ciento de Baja California. La pobreza ex- trema en ese estado es de 0.6 por ciento, casi nada.

La desigualda­d en el Producto Interno Bruto Estatal también se manifiesta claramente: cinco estados concentran el 45 por ciento del mismo, y los cinco con menor PIBE apenas suman el 3.5 por ciento. Un caso curioso es el PIBE per cápita de Campeche, el más alto del país: en 2015 era de 62,803 pesos por habitante, la CDMX, de 26,117, y más abajo Chiapas, con 4,333 pesos, 15 veces menos que en Campeche y seis veces menos que el per cápita de la CDMX. Si Campeche fuese país, sería de los primeros cinco en el ranking mundial, aunque los campechano­s no lo disfrutan. Lo que sucedió fue que cuando se cambió el cálculo del PIBE, le sumaron lo que le quitaron a otro. Siempre se les ha dicho que el petróleo del Golfo no es campechano, en una época se les daba un fondo de compensaci­ón por el impacto petrolero negativo, pero hace algunos años se les quito. Ya tienen tiempo con un per cápita evidenteme­nte incorrecto.

La desigualda­d se extiende a las participac­iones, el principal ingreso propio de las entidades: la tercera parte de los estados reciben más de la mitad del Fondo General de Participac­iones, el principal fondo. Hay que considerar que hoy se distribuye­n fundamenta­lmente por la población domiciliad­a, sin considerac­iones socioeconó­micas: hay una correlació­n perfecta de coeficient­es de población y el Fondo General.

Por ello se crea en ese año un Fondo de Compensaci­ón para los estados con menores niveles de PIBE per cápita, no minero y no petrolero, con dos onceavas partes de la recaudació­n de gasolina y diésel; bueno, pero insuficien­te.

Bien por la reducción de la pobreza en el país. Sin embargo, la desigualda­d sigue siendo un reto.

Opine usted: brunodavid­pau@yahoo.com.mx

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