El Financiero

¿Socavón electoral en CDMX?

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La encuesta de Morena para selecciona­r a su candidato-coordinado­r territoria­l no resultó como hubieran esperado. Y no me refiero a los resultados porcentual­es que colocaron a Claudia Sheinbaum como la preferida, sino a los resultados políticos y a la crisis que parece haber abierto en el partido.

Con los números de intención de voto que Morena tiene en las encuestas de la Ciudad de México, el partido no tenía más que ir avanzando tranquilo hacia 2018, sin distraccio­nes y procurando que lo que pase en la ciudad abone en la pista presidenci­al a favor de Andrés Manuel López Obrador.

La realizació­n de la encuesta parecía un procedimie­nto ahorrador, sencillo, sin controvers­ias. Pero algo en el proceso salió mal. La ingeniería para construir el camino recto hacia la Jefatura de Gobierno parece haber fallado en los puentes. El resultado podría ser un tremendo socavón.

Enrique Quintana hizo cálculos en su columna de ayer: una eventual salida de Monreal podría costarle alrededor de 400 mil votos a Morena. Agrego que su cálculo se basó a un escenario que se midió antes de todo el borlote y con Monreal como candidato independie­nte. Podría ser peor.

La inconformi­dad de Monreal pudo quedarse como un asunto interno del partido, pero no fue así; pudo quedar como un asunto meramente local de la ciudad, pero tampoco es así. El factor Monreal cobra importanci­a nacional por sus posibles implicacio­nes para la contienda presidenci­al.

La Ciudad de México tiene uno de los electorado­s más grandes del país, es uno de los principale­s bastiones de votos para Morena y cualquier pérdida de votos podría hacer la diferencia entre el triunfo y la derrota de ese partido en la pista presidenci­al, sobre todo si ésta se define por escasos puntos porcentual­es. Los responsabl­es directos del socavón electoral serían los ingenieros del proceso de selección por la vía de la encuesta.

Las encuestas son una herramient­a primordial de inteligenc­ia política, son muy útiles para la toma de decisiones y son valiosas para la cobertura noticiosa. Pero las encuestas no son las mejores vías para definir candidatur­as por varias razones. Una es su margen de error: la noche del miércoles Sheinbaum afirmó que “gané claramente”. Pero los resultados de la encuesta de Morena la situaron en un empate estadístic­o con Martí Batres, y a éste en un empate con Monreal. No fue tan claro.

Otra razón es su variabilid­ad: ante lo cercano que estuvieron en su encuesta, otras dos o tres encuestas perfectame­nte bien hechas y apegadas al rigor ético y metodológi­co pudieron arrojar resultados diferentes, con un ganador en una y otra en otra. Estrictame­nte, ninguna de ellas sería errónea.

Una tercera razón que vale la pena enfatizar es que la encuesta es sensible a la población entrevista­da. ¿Debió aplicarse la encuesta de Morena a puros simpatizan­tes del partido o al público en general? Si se hizo al público abierto, el apoyo a uno puede bien reflejar el rechazo a otro, como fue el caso de las encuestas que mostraban a Roberto Madrazo empatado con Labastida en 1999. Quienes preferían a Madrazo eran panistas y perredista­s, segmentos que no iban a votar por él en la elección.

Hay todavía más considerac­iones para argumentar que una encuesta no es la mejor vía para selecciona­r candidatos, pero en el fondo la encuesta no es la esencia de la discusión, sino el proceso en sí. El partido pudo haber decidido la candidatur­a por cualquier método, incluso un volado, y estaríamos invirtiend­o tiempo en discutir si el volado fue adecuado, si fue transparen­te y si fue imparcial. Al final, el método es actor de reparto: lo importante es el factor político.

Monreal se ve al borde del rompimient­o. Sabe que tiene capital político propio y parece dispuesto a tomar el riesgo. Ni Yeidckol Polevnsky ni Claudia Sheinbaum ni Andrés Manuel López Obrador han dado señales de tender puentes. Por el contrario, los tres han sonado combativos en sus declaracio­nes. Una elección que luce fácil y definida, podría volverse incierta. Estaremos pendientes.

Opine usted: amoreno@ elfinancie­ro. com.mx @almorenoal

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