Ecocidio priista
Hace poco más de 4 semanas, publiqué en este mismo espacio, un texto relacionada con la denuncia ciudadana en torno a una significativa deforestación en un bosque cercano a Avándaro y Valle Bravo. Cuando los vecinos me hicieron llegar las fotografías y la denuncia me narraron lo que vieron: aseguraban que, como corrillo popular, se decía en la zona que era el nuevo fraccionamiento privado para los políticos del PRI en el Estado de México. El retiro privado para Eruviel, Peña Nieto y otros destacados priistas mexiquenses.
La reacción a mi texto fue inmediata. Recibí llamadas de la Semarnat afirmando que la versión era imprecisa y que no había ningún político detrás del proyecto, que no tenía la bendición del gobierno federal –como aseguran los vecinos, pues nadie se puede acercar, ni preguntar– y que aún se evaluaba la viabilidad de la iniciativa.
El Financiero y este reportero están en posesión de los documentos de Semarnat y de los desarrolladores de una perla que se llama “Bosques de Pamejé”. Un proyecto de 73 hectáreas que arrasa, de un plumazo, con 60 hectáreas de bosque de conífera, pinos, encinos y demás árboles, arbustos, plantas.
Al consultar con organizaciones locales, me informan que es la segunda vez que este proyecto intenta su aprobación, y que se trata, en voz de las propias organizaciones, de un Ecocidio criminal. El objetivo es construir, en medio del bosque, un exclusivo fraccionamiento de más de 250 casas rodeadas de lagos y una serie de amenidades. Vigilancia, seguridad privada y otros deleites.
El proyecto lo presenta un diputado federal del PRI, Tristán Canales, procedente del grupo parlamentario de Televisión Azteca, donde fungió como ejecutivo en la década pasada.
El gobernador Eruviel Ávila dejará como obsequio –esa es su pretensión– una firma final antes de retirarse del cargo. Amparado por la Semarnat, que no observa obstáculo alguno en eliminar 60 hectáreas de bosque en un terreno comunal, emitirán los permisos y licencias para que inicie un desarrollo en 5 fases para desmontar y talar un bosque con fines de fraccionamiento privado.
Por si esto no fuera suficientemente sospechoso, existe un problema técnico delicado que la Semarnat parece está dispuesta a pasar por alto. Aunque sus documentos señalan que se trata de un desarrollo de baja densidad, la asignación de lotes y superficies, estipula lo contrario: ellos proponen lotes de 2,900 metros cuadrados de superficie, con 50% de área verde y 50% de construcción. Eso significan 3.38 casas por hectárea. Esto en área forestal es considerado de alta densidad. Los parámetros de baja densidad señalan lotes mínimos de 5 hectáreas.
Según fuentes locales de los vecinos y organizaciones de la zona, el secretario de Gobierno en Toluca, el señor Manzur, giró instrucciones al presidente municipal de Valle de Bravo para realizar la consulta de la mano de Semarnat. Se fijó la fecha del viernes 8 de septiembre para, en simbólico cumplimiento de la ley, preguntarle a la ciudadanía su postura. Con una salvedad: la consulta no se realizará en una plaza pública, en un espacio abierto de concurrencia masiva, sino en una propiedad privada de acceso restringido: el Club de Golf Avándaro. Le pregunto a la autoridad, ¿quién va a asistir? Más aún, ¿quién va a poder pasar? O será que se trata de que participen los menos posibles.
Bosques de Pamejé pretende cambiar el uso de suelo a una propiedad comunal de uso forestal y de recursos naturales, para transformarlo en un exclusivo fraccionamiento de selecta arquitectura. No aparece quién es el propietario de las casi dos hectáreas (1.7 ha) que se suman al proyecto, porque las otras 82 provienen del estado. Tampoco dice de dónde provendrá la inversión de 387 millones de pesos, para deslinde de terreno, bardeado, tala y desmonte para iniciar la lotificación y venta a particulares.
Todo indica que se trata de un proyecto bajo la mesa, oscuro, de beneficio privado para algunos políticos privilegiados que están en posibilidad de hacer negocios de esta envergadura.
El capital político de Eruviel está próximo a la extinción, considerando que ha sido descalificado para la sucesión presidencial. Irse con una firma rápida en beneficio de algunos colegas, no representará mayor problema. Pero sí lo será para su sucesor Alfredo del Mazo, quien tendrá que enfrentar a miles de vecinos y comuneros de la zona –van 4 mil firmas en change.org– ofendidos y molestos por privatizar y deforestar un terreno comunal.
Tampoco viene muy bien para los tiempos del presidente Peña Nieto y la que debiera ser una selección de candidato “de trayectoria limpia y honesta”, según sus propias palabras. Pone en evidencia, una vez más, que los señores del PRI son capaces de torcer, ajustar, acomodar o matizar los reglamentos y las leyes, para beneficio de unos pocos, entre los cuales, casualmente, aparecen ellos mismos.