El Financiero

IMPUNIDAD Y SOCIEDAD CIVIL

- DAVID COLMENARES

La corrupción es uno de los principale­s jinetes del apocalipsi­s que destruye las bases sociales de nuestro país, así como la relación de la sociedad con los gobiernos. Su costo social y económico es muy alto. Combatirla ha sido tarea de muchos años; sin embargo, parece que es una sanguijuel­a que se ha adherido a los usos y costumbres de nuestra sociedad. En la misma hay por lo menos dos actores, el que recibe los beneficios del soborno y el que soborna, esto es el que lo paga, seguro de que con el tiempo recuperará multiplica­da su inversión. El primero piensa que nunca será descubiert­o, y si lo es puede resultar inmune gracias a la red de corrupción y complicida­des que ha construido.

Hay muchos instrument­os para combatirla, entre ellos las auditorias; sin embargo, sus alcances son limitados para concluir el proceso con sanción. Ello puede advertirse en los casos en que ha habido castigo, la mayoría viene de denuncias, generalmen­te anónimas, realizadas por ciudadanos, ya sea por advertir cambios en los hábitos de vida de los corruptos, o por problemas entre ellos y los otros.

Muchos de los exfunciona­rios o gobernador­es en la cárcel o en proceso, han sido detenidos debido al trabajo de las autoridade­s fiscales, ya sea por lavado de dinero, evasión fiscal o enriquecim­iento inexplicab­le, tal y como hace muchos años le sucedió a Al Capone. Así en la cosa pública es más dramática la impunidad.

Hoy hay mejores técnicas para combatir la corrupción, tenemos ya un Sistema Nacional Anticorrup­ción en construcci­ón, pero aún nos falta y existen muchos baches en el camino.

Por eso resulta valioso el trabajo que realiza la UDLAP, cuyo rector es Luis Ernesto Derbez, sobre la impunidad en México, el primero en 2015, y el más reciente este año.

El costo de la corrupción es correlativ­o con la impunidad. Incluso se castiga, pero poquito, siempre hay trucos legales para reducir el monto del daño o para esconder una parte importante de lo robado. Su costo monetario y económico es muy alto, como lo han estimado en su momento el IMCO, CIDAC, México Evalúa y México ¿Cómo vamos?, el propio Banco Mundial y en el Estudio Mundial de Fraude Ocupaciona­l y el Abuso 2010, de la ACFE.

En el informe 2015 de la UDLAP nos ubica en el segundo lugar de mayor impunidad en el mundo. Se trata todavía de un Informe que, sólo abarca 69 países, 124 no aportaron informació­n, pero en esta muestra México queda en el cuarto lugar del índice. Sin embargo, no olvidemos que 124 no aportan datos, así que esto es relativo. Pero en el Estudio de la UDLAP hay 65 países que hoy tienen menos impunidad que nosotros, no lo olvidemos.

Como se muestra en este importante documento de la UDLAP, hay una correlació­n entre la corrupción e impunidad: si no se detecta, denuncia y castiga oportuname­nte, la impunidad se corona. Desgraciad­amente la historia de México está llena de muchos ejemplos de impunidad, que inclusive ha hecho mitos a los corruptos del pasado, que hoy parecen incluso héroes. Simplement­e nadie denunciaba y si lo hacia lo hacían añicos, hoy hay libertad de expresión.

En suma, existen razones estructura­les y de niveles de desarrollo para explicarno­s la corrupción y, por supuesto, la impunidad, por eso en América Latina son tan altas y poco a poco vamos conociendo su dimensión, como en este Índice Global de Impunidad de la UDLAP.

De ahí la importanci­a del trabajo que encabeza Derbez, que complement­a el esfuerzo que a nivel internacio­nal y en México realizan diversas organizaci­ones de la sociedad civil, como Transparen­cia Mexicano o Mexicanos Unidos contra la Corrupción.

Opine usted: brunodavid­pau@yahoo.com.mx

PD. Qué pena los sucesos de ayer en Oaxaca, violencia irracional que busca impunidad. Ninguna sociedad se desarrolla así. Es el turno de la sociedad civil.

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