Paquete económico 2018: plano y sin sorpresas
El pasado 8 de septiembre se entregó al Congreso el paquete económico para 2018, incluidos los Criterios de Política Económica (CGPE), el cual no presentó ninguna sorpresa y correspondió a lo que ya había anticipado la Secretaría de Hacienda: estimaciones conservadoras para el marco macroeconómico; modesto incremento de los ingresos, más por inercia que por un esfuerzo recaudatorio; recortes al gasto público con respecto al monto presupuestado —no al que se estima que se ejercerá— en 2017; corrección de los balances presupuestarios; y una ligera reducción del saldo de la deuda pública. Un avance moderado hacia lo que la SHCP denomina como “proceso de consolidación fiscal”, sin cambios en impuestos ni en la estructura del ineficiente presupuesto federal.
Las proyecciones de las variables macroeconómicas para 20172018 de CGPE están alineadas, o en los rangos estimados, con el promedio de los analistas en economía de la encuesta de Banxico, aunque puede existir una subestimación de la inflación y de las tasas de interés nominales.
En el ámbito fiscal, el paquete económico para 2018 supone, como en este año, un ajuste adicional de los balances del sector público: incremento del superávit primario de 0.4% a 0.9% del PIB y una reducción del déficit económico de 2.4% a 2.0% del PIB entre ambos años, que se alcanzaría por una contracción del gasto neto pagado equivalente a 1.1 puntos porcentuales del PIB (de los que tres cuartas partes corresponderían a gasto corriente y el resto a capital), ya que los ingresos presupuestarios se reducirían en 0.8 puntos, fundamentalmente los tributarios. Con ello, se anticipa que la deuda del sector público federal se reduciría de 49.6% del PIB en 2016 a 47.9% en 2017 y a 47.1% en 2018.
A reserva de analizar con detalle la propuesta de ingresos y gastos, entre los mayores riesgos asociados al cumplimiento del programa económico gubernamental para 2018, destacan: 1) El incremento en la plataforma de producción de petróleo en 40 mil barriles diarios adicionales, que se atribuyen a la extracción de nuevas empresas petroleras, lo que no está sustentado y que podría implicar una sobreestimación de los ingresos públicos. 2) Un aumento de la recaudación por IVA (2.5% real), frente a una desaceleración del consumo y las ventas como la que ya se está registrando, que reduciría los ingresos por ese concepto. 3) La evolución de la deuda pública, que según el programa se reduciría menos de un punto porcentual del PIB en 2018, es muy sensible a variaciones de las tasas de interés y del tipo de cambio. Cambios en estas dos variables, en un escenario de renegociación del TLCAN y de cambio de gobierno, podrían generar presiones y reeditar el tema de riesgo-país entre los inversionistas nacionales y extranjeros. 4) A mediano plazo, las presiones sobre el gasto de las pensiones y las participaciones federales estarán presentes y absorberán recursos cada
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