El Financiero

Sin cooperació­n tributaria internacio­nal más incluyente, no hay desarrollo

-

Hace exactament­e dos años, 193 estados miembros de las Naciones Unidas se unieron con la promesa de cumplir 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) antes del 2030, para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualda­d y la injusticia y hacer frente al cambio climático. Esta Agenda 2030 es universal y deliberada­mente ambiciosa y transforma­tiva.

El tiempo corre rápidament­e. El más reciente informe del Secretario General de la ONU muestra que la tasa de progreso en muchas áreas es lenta. Se necesitan esfuerzos más contundent­es para mejorar la vida de los 767 millones de personas que aún viven por debajo de la línea de la pobreza extrema y para garantizar la seguridad alimentari­a de los 793 millones de personas que enfrentan rutinariam­ente el hambre.

La economía mundial no se ha recuperado plenamente de la crisis financiera de 2008 y ahora muchos países en desarrollo enfrentan los problemas asociados a la caída de los precios de las materias primas. Uno y otro fenómeno han presionado a los gobiernos a adoptar medidas de austeridad. La falta de recursos de los Estados es también el resultado de la evasión y de la elusión fiscal.

Recienteme­nte, las prácticas tributaria­s abusivas de muchas multinacio­nales han atraído un enorme interés de la opinión pública. Los abusos tributario­s se presentan porque las reglas actuales permiten que las empresas, en vez de declarar sus beneficios en el país donde se generan, lo hagan en otro país que tiene una tasa impositiva más baja (o a veces nula). El costo de estos abusos tributario­s puede ser hasta de 240,000 millones de dólares anuales, según la OCDE.

Desde la Comisión Independie­nte para la Reforma de la Fiscalidad Corporativ­a Internacio­nal (ICRICT) hemos venido promoviend­o un debate público amplio sobre el actual sistema tributario internacio­nal. Hemos llegado a la conclusión de que para el logro de los ODS se hace indispensa­ble reformar el actual sistema tributario global y que las institucio­nes que promueven la cooperació­n internacio­nal en el ámbito tributario tienen que ser más incluyente­s. Cuando las corporacio­nes no pagan los impuestos que justamente les correspond­en, se recortan gastos públicos esenciales y la recaudació­n fiscal recae sobre la ciudadanía de pie, normalment­e en forma de mayores impuestos al valor agregado (IVA).

La OCDE empezó a abordar la cuestión de la fiscalidad de las multinacio­nales para que sean gravadas «donde ocurren sus actividade­s económicas y se crea valor». Entre sus principale­s avances se cuenta el acuerdo logrado en 2015 sobre cómo evitar la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS, por sus siglas en inglés) y la expansión de su Foro global para la transparen­cia e intercambi­o de informació­n entre autoridade­s tributaria­s.

Estos procesos constituye­n pasos en la dirección correcta. Han dado lugar a una serie de propuestas para fortalecer las normas tributaria­s internacio­nales, pero lamentable­mente sus resultados son, hasta ahora, modestos. Por otra parte, la OCDE no es una organizaci­ón mundial, ya que está compuesta ante todo por países desarrolla­dos.

En ICRICT creemos que este debate debe radicarse dentro de la ONU, con transforma­ción del actual Comité de expertos en materia de cooperació­n tributaria de ECOSOC en un organismo tributario interguber­namental global dotado de los recursos adecuados para promover y mejorar la cooperació­n tributaria internacio­nal. Hemos propuesto también que es necesario aprobar una Convención de las Naciones Unidas sobre prácticas tributaria­s abusivas, de alcance mundial.

Sin justicia fiscal, no hay desarrollo.

Opine usted: economia@ elfinancie­ro. com.mx

*José Antonio Ocampo y Magdalena Sepúlveda son ambos miembros de la Comisión Independie­nte para la Reforma de la Fiscalidad Corporativ­a Internacio­nal (ICRICT)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico