El Financiero

COORDENADA­S

- ENRIQUE QUINTANA

El panorama político del 2018 parece definirse gradualmen­te, al menos en lo que toca a las fuerzas políticas que habrán de contender seriamente por la Presidenci­a de la República y por más de 3 mil puestos de elección popular.

En las últimas dos a tres semanas, ha crecido sensibleme­nte la probabilid­ad de que el Frente Ciudadano por México, integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, pueda convertirs­e en una Coalición o Alianza que lance un candidato único a la Presidenci­a y a los demás puestos.

La salida del PRD de grupos de opositores al Frente, así como el control que Ricardo Anaya tiene sobre la estructura panista y la alianza que ambas fuerzas han conseguido con Movimiento Ciudadano, han incrementa­do la probabilid­ad, aunque todavía no es algo seguro.

Las otras dos fuerzas que contenderí­an son el PRI y sus aliados, es decir, el PVEM, Panal y probableme­nte el PES; y desde luego Morena y el PT, respaldand­o a López Obrador, el único seguro en la boleta.

También es probable que haya candidatos independie­ntes, tal vez dos o tres, pero que pesarán muy poco.

La mayor parte de las encuestas de in- tención de voto a nivel nacional realizadas en domicilio (las telefónica­s tienen sesgo) muestran que el Frente resulta competitiv­o si sólo se consideran siglas.

Pero, cuando se mencionan personas, entonces la ventaja de AMLO vuelve a resultar significat­iva, pues le agrega votos a Morena.

Por ejemplo, en la encuesta de Consulta Mitofsky levantada entre el 18 y 20 de agosto, Morena tiene el 26.5 por ciento de las preferenci­as netas (excluyendo los que no revelaron preferenci­a). En contraste, en los escenarios que la propia encuesta revela, el porcentaje más bajo de preferenci­as netas para AMLO es de 35.6 por ciento. Es decir, la ‘marca’ AMLO le da un extra de 9.1 puntos a Morena.

El impacto que pueda tener la Coalición del PAN-PRD-MC es aún incierto y dependerá del candidato. Supongamos que atrajera el 75 por ciento de los votos que van a favor del PRD y del PAN (por el porcentaje que está en desacuerdo con la alianza) y el 100 por ciento de MC, en este caso, sobre la base de los resultados de la encuesta citada, obtendría el 29.7 por ciento de las preferenci­as netas.

Para pelear el liderazgo a AMLO se re- quiere un personaje que al menos agregue 5 a 6 puntos al Frente.

En el caso del PRI y sus aliados, la suma de sus votos (suponiendo el 100 por ciento de los que tienen en lo individual) le alcanza para el 28.8 por ciento de la votación neta.

Pero, por ahora, todos los nombres que se prueban en las encuestas (los mencionado­s por Gamboa) alcanzan de 19 a 22 puntos, según el careo que se realice.

Hoy, todos los aspirantes le restan de 6 a 9 puntos al PRI y sus aliados, y se requiere que, en lugar de restarle, le agreguen de 5 a 6 puntos para ser competitiv­os.

La dinámica política de los siguientes meses dependerá de que el Frente se convierta en Alianza o Coalición electoral y de la selección de su abanderado. Y, desde luego, de la selección del candidato del PRI y de la capacidad que haya para hacerlo remontar.

Y, desde luego, será clave, la habilidad de AMLO para mantener la intención de voto que hoy tiene y que por lo pronto lo coloca en la delantera. Sus experienci­as previas han sido dispares: en 2006 perdió puntos en la campaña y en 2012 avanzó, aunque no lo suficiente para ganar.

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