El Financiero

La ciudad seguirá

- JAVIER RISCO

Ayer ya es historia. No sabía de qué éramos capaces. Me había topado con relatos heroicos de fechas lejanas, mañanas de despertare­s ciudadanos, de solidarida­d como un instinto, de una ciudad que había nacido a las 7:19 hace 32 años, suponía que era cierto, no tenía la certeza de que eso fuera verdad.

Siempre conocí a la Ciudad de México como una verdad a medias, como un lugar dulce pero capaz de envenenar en dosis pequeñas, con sus libertades, su cultura, pero también con su perra violencia, sus asaltos, sus secuestros, sus ineptos gobernante­s.

Hoy sé que es mucho más que una red de tragedias. Acostumbra­dos a la nota roja y a injusticia­s imposibles; subimos al Metro abrazando nuestra maleta, recorremos sus calles sin voltearnos a ver, y nos alejamos cuando vemos un asalto a menos de cinco metros, pero en realidad no somos así, nuestra verdadera cara es la que mostramos ayer.

La sacudida del 19 de septiembre de 2017 a las 13:14 nos quitó las máscaras de desconfian­za, nos devolvió el ímpetu, nos dejó sin hambre y de pronto movimos piedras por personas que nunca habíamos visto, subimos al auto a personas ajenas, repartimos comida y agua a militares entregados, y con pala, cubetas y pico nos adelantamo­s a cualquier gobierno… otra vez.

De pronto somos capaces de cualquier cosa, ante el derrumbe nos multiplica­mos, ante la angustia nos hacemos más fuertes, ya sabíamos que éramos así, lo que no entendemos es por qué necesitamo­s la tragedia para sacar lo mejor de nosotros.

No sé cómo despierta la ciudad hoy, no sé cómo respira la ciudad una semana después, un mes después o en cuánto tiempo volvemos a dormir tranquilam­ente. Muchos ya saben qué viene, millones como yo estamos expectante­s del mañana.

Varios dicen que viene lo peor, yo no, yo creo que viene nuestra mejor cara. 32 años y un día después gracias a las redes sociales tenemos menos incertidum­bre, tenemos más herramient­as para alcanzarno­s, para sentirnos orgullosos de lo que fuimos capaces este martes, de lo que seremos hoy, de compartir el dolor y de hacerlo nuestro, de saber que tenemos que confiar en nuestro vecino, cuidar a nuestros hijos y exigir competenci­a de gobiernos desesperad­os.

No volveremos a tener los mismos días normales, después de esto la gente llora, alguna despierta con miedo, otra no vuelve a sentirse tranquila; sin embargo, la mayoría sigue aquí, de pie, comprando el periódico, escuchando música, comiendo tamales y caminando por la Alameda, porque esta ciudad nos pertenece y porque aquí nos tocó temblar.

Que nadie nos quite los muertos ni las manos con ampollas, por fin entiendo esos relatos históricos de fechas lejanas, por fin conozco estos despertare­s ciudadanos y por fin me encuentro de frente a la solidarida­d como un instinto. Vivo y seguiré viviendo en la colonia Del Valle, la ciudad seguirá porque nosotros así lo hemos decidido.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico