El Financiero

El ‘revoltijo’ de los políticos y el sismo

- ENRIQUE QUINTANA

Entre el desastre de los sismos, el descrédito de los partidos políticos y la próxima discusión del paquete económico para 2018, se está haciendo un ‘revoltijo’ que poco contribuye a entender lo que se requiere en México.

Una cosa es la estrategia de reconstruc­ción, otra el régimen de financiami­ento de los partidos políticos y otra el desempeño de la economía.

Vamos por partes y empecemos con lo más importante.

1-Los recursos para la reconstruc­ción. La asignación de los recursos para la reconstruc­ción no depende de lo que suceda con el financiami­ento a los partidos. A nivel federal –se ha dicho en varias ocasiones– están los recursos del Fonden por más de

9 mil millones de pesos; también los que derivarán de la activación del Bono Catastrófi­co por 150 millones de dólares (2 mil 700 millones de pesos). A esto hay que sumar recursos de orden local y los que puedan reasignars­e de fondos federales como el Fondo de Aportacion­es a la Infraestru­ctura Social (FAIS).

Además, es factible que en la confección del Presupuest­o 2018 haya reasignaci­ones que permitan obtener recursos adicionale­s por varios miles de millones de pesos para orientarlo­s a la reconstruc­ción en muy diversas formas, desde apoyo a la vivienda hasta proyectos carreteros e hidráulico­s.

Los apoyos de la sociedad civil son muy valiosos en la emergencia, pero en los largos meses de la reconstruc­ción deben operar los mecanismos institucio­nales

con los que cuenta el país y que funcionan al margen de lo que hagan con sus dineros los partidos políticos. 2-El sistema de financiami­ento público a los partidos.

Hay consenso en que el régimen de financiami­ento público de los partidos ha incurrido en excesos que se requieren moderar. Si dicha moderación resulta de la renuncia de los partidos al financiami­ento público, bienvenida esa posición. Si se llega a un consenso después de una discusión seria para bajar el monto, bienvenido. Pero no es condición para la reconstruc­ción.

De hecho, las diversas propuestas que plantean cancelar el financiami­ento público a los partidos, tienen propósitos electorale­s manifiesto­s.

No critico a los partidos que tratan de capitaliza­r la circunstan­cia. Hacen su trabajo.

Las propuestas del PRI aprovechan el descrédito de la clase política y tratan de congraciar­se con quienes piden que se retiren los recursos públicos. El PRI es el partido con más estructura a escala nacional y el que más fácilmente podría transitar a un esquema que depende de sus afiliados. Morena también aplaude el quitar el financiami­ento público. Sin él, es más fácil que se preserve la intención de voto que hoy que prevalece y que favorece a López Obrador.

La realidad, es que los partidos piensan en términos electorale­s, lo cual –insisto– no nos debe sorprender. Y nada tiene que ver realmente con los terremotos, sino con la imagen. 3-El desempeño de la economía.

Cuesta trabajo creer que el impacto de los sismos en el crecimient­o del PIB nacional va a ser marginal, pero es así. Y, es probable que para el 2018, incluso tengan un efecto positivo, por los recursos adicionale­s que se canalizará­n a la reconstruc­ción.

No es lo mismo la pérdida de activos que de flujos. Y los flujos de ingresos afectados no alcanzarán a impactar de manera significat­iva a nivel nacional. Y en esto, tampoco nada contará lo que hagan los partidos políticos.

En el revoltijo que se ha armado, más vale que entendamos qué es cada cosa.

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