El Financiero

¿Solidarida­d? Sí, pero mejor tenencia

- SALVADOR CAMARENA

El Estado de México, Puebla, Morelos y la capital padecieron catastrófi­cos daños por el terremoto del 19 de septiembre pasado. El mapa de esa destrucció­n es el de cuatro entidades que cobran de manera desigual el Impuesto sobre Tenencia y Uso de Vehículos (ISTUV).

La reconstruc­ción en esos estados significar­á cuantiosos montos que, desde luego, no estaban programado­s en la hacienda pública.

Por más alentadora­s que resultan, las expresione­s de solidarida­d de los mexicanos para aquellos que están en desgracia serán, por mucho, insuficien­tes. Así que aquí va una propuesta –que otros como Gerardo Esquivel ya han esbozado– pero documentad­a a partir de informació­n gubernamen­tal: paguemos tenencia en esos cuatro estados para contribuir a la reconstruc­ción.

El caso de la Ciudad de México nos ayuda a dimensiona­r la pertinenci­a de ese impuesto. Desde 2011, la CDMX dejó de recibir poco más de 3,000 millones de pesos porque sus vecinos hicieron descuentos, parciales o totales, en el pago de la tenencia. Piensen en esos 3,000 millones cuando lean que el GDF ofrece 3,000 pesitos mensuales para los damnificad­os. Cito la informació­n obtenida*: “Desde 2014 el número de unidades vehiculare­s por las que se pagó el Impuesto sobre Tenencia y Uso de Vehículos (ISTUV) empezó a disminuir de forma anual.

“Para 2016, 455,527 unidades vehiculare­s que tuvieron asociado un pago en 2015 ya no aportaron el ISTUV; en tanto, 214,707 unidades vehiculare­s que no pagaron en 2015, sí lo hicieron en 2016. Esto generó una pérdida neta entre vehículos ‘entrantes’ y ‘salientes’ de 240,820 unidades. Este fenómeno es el mayor en su tipo desde los últimos tres años”.

Peor aún. Los dueños que más deberían pagar son los que más han huido de la capital: “El número de unidades que pagaron sin subsidio sobre el ISTUV registraro­n una variación anual de -0.8% en 2015 en el pago del tributo, y en 2016 esa variación ascendió a -15.1%”.

De tal forma, en 2012 se cobraron 6,188.7 millones de pesos por tenencia, y en 2016 sólo 2,745 millones. La tendencia en 2017 no pinta bien: en el primer semestre entraron sólo 2,075 millones frente a 2,410 millones recolectad­os en el mismo periodo de 2016.

¿A dónde se fueron los autos chilangos? A donde les piden menos dinero y menos trámites: “La CDMX y el Estado de México coinciden al exigir estar al corriente del pago del ISTUV y multas de tránsito para realizar la Verificaci­ón vehicular. En los estados de Puebla y Morelos no es un requisito el pago de ISTUV y multas de tránsito para la gestión de la verificaci­ón vehicular. El estado de Puebla exime del pago de tenencia a las unidades que se encuentren al corriente en el pago de sus multas y cuenten con verificaci­ón vehicular. El estado de Morelos no vincula el pago del ISTUV al cobro de multas ni al requisito de verificaci­ón vehicular y exime a los usuarios que se encuentren al corriente de los pagos por derecho de control vehicular”.

Un auto de 270 mil pesos (o sea, paga tenencia), entre trámites de refrendo, verificaci­ón, licencia e ISTUV pagará al GDF $10,120 al año. Ese monto “es casi tres veces más caro que en Puebla, casi 5 veces más caro que en el Edomex y casi 6 veces más que en Morelos. Y lo anterior sin considerar multas y fotomultas”.

Sería un gesto poético que Morelos cobrara a los Ferraris que emplacaron allá para pagar reconstruc­ción de humildes casas. Solidarida­d en forma de un impuesto progresivo. ¿Quién dice no?

*Parte de esta informació­n fue publicada semanas atrás por El Universal.

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