Posibles impactos de la reforma fiscal de EU
Finalmente, Trump y varios líderes del partido republicano dieron a conocer la “propuesta marco” de la reforma fiscal en días pasados, después de varios meses de estarla anunciando. La misma contiene una serie de reducciones de impuestos para las empresas y las personas, así como simplificaciones al código fiscal para facilitar el pago de los mismos.
Entre sus principales características están la rebaja del Impuesto sobre la Renta para las empresas, del 35% actual al 20%, la supresión del impuesto sucesorio y una tasa máxima del impuesto para las personas que baja del 39.8% actual al 35%. Además la reducción de los siete niveles a tres, que serían de 35%, de 25% y 12% y mayores deducciones permitidas.
Estados Unidos tiene una de las más elevadas tasas del impuesto sobre la renta entre los países desarrollados, ya que varios de ellos han realizado reducciones importantes en los pasados años, como es el caso de varios de la zona del Báltico e Irlanda. Esta diferencia ha propiciado que numerosas empresas globales hayan preferido mantener sus utilidades en el extranjero, a fin de evitar el pago de sus impuestos en sus casas matrices. Por eso resalta que la propuesta contenga una tasa menor para la repatriación de estos capitales. Es muy relevante que la propuesta no incluya el BAT, o sea el impuesto de ajuste fronterizo, que se dijo era para reducir el déficit comercial que ese país tiene con México, el cual se debatió mucho durante los meses pasados.
Existen varios impactos de este anuncio de la reforma fiscal: 1. Este es solo una primera propuesta, la cual va a sufrir varios cambios en las dos cámaras legislativas en los siguientes meses. Incluso es posible que no se tenga un acuerdo antes de finalizar el próximo año, plazo que puede provocar una gran incertidumbre que perjudique las distintas inversiones. 2. Menores impuestos en los Estados Unidos harán que México pierda competitividad fiscal, por lo que las empresas preferirían pagar sus impuestos en aquel país. Esto obligaría a tener que también reducirlos en nuestra nación, en un momento de fuertes presiones sobre el gasto público derivado de las erogaciones que se tienen que realizar provocadas por los daños causados por pasados sismos, así como por el gasto de las campañas políticas que se avecinan. 3. Ciertamente es positivo para las distintas economías que predominen bajos impuestos, tanto para las empresas como para las personas, pero siempre y cuando se ajusten también los gastos públicos. Sin embargo, si los menores impuestos equivalen a un mayor déficit fiscal, la situación final puede ser peor que la inicial. Un déficit fiscal iría en perjuicio de lo avanzado en las finanzas públicas en el presente año, como lo confirma el superávit primario hasta el mes de agosto, dado a conocer en días pasados. 4. Si el déficit fiscal en los Estados Unidos se vuelve a incrementar en los siguientes años, se perdería el ajuste logrado después del fuerte desequilibrio provocado por la crisis financiera de 2008. Esto traería costos a nivel global, perjudicando a diversas economías que dependen del saneamiento de los mercados financieros mundiales. 5. Son varias las reformas que el presidente Trump ha anunciado y que no ha podido concretar, como son la construcción del muro con México, la cancelación de las leyes de salud, conocidas como Obamacare, y la eliminación del TLCAN. Por lo mismo requiere una reforma que le sea exitosa, por lo que seguramente le dedicará tiempo y esfuerzo para que esta sea aprobada. En caso contrario, la negociación del tratado con México y Canadá será más difícil de lo previsto y es posible que saque a Estados Unidos de este tratado, para presentarlo como un “triunfo” para sus electores. Este proceso dificultará aún más la actual negociación.
En suma, la reforma fiscal en los Estados Unidos será complicada, tardada y tendrá varios impactos no sólo en aquel país, sino también en el nuestro y en muchos más.
Opine usted: benito.solis@ solidea.com.mx
* Economista