¿Cuánto más podría caer el peso?
Fueron poco más de dos meses de relativa estabilidad de nuestra moneda frente al dólar. El dólar cerró en 17.55 pesos en su cotización interbancaria el pasado 19 de julio y hasta el 26 de septiembre se mantuvo por debajo de los 18 pesos.
¿Qué sucedió en ese periodo? Por una parte, se generó la idea de que la Reserva Federal actuaría de manera muy prudente y pospondría una posible alza de las tasas de interés, probablemente hasta 2018. Por la otra, comenzó formalmente la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) y quedó la impresión de que, en medio de las tormentosas declaraciones de Donald Trump, este proceso podría caminar de manera razonable.
Entre el 25 de septiembre y el día de ayer, el dólar se encareció en 30 centavos, una cantidad todavía pequeña, apenas 1.7 por ciento.
Si en lugar de fluctuar entre los 17.50 y 18 pesos, la divisa norteamericana se moviera entre 18.10 y 18.40 pesos, en realidad no habría un mayor impacto en la economía o en las finanzas.
La pregunta relevante entonces es si los factores que propiciaron el ligero encarecimiento del dólar en los últimos días podrían presionar nuevamente hacia arriba.
En los últimos cinco días, sólo el Rand sudafricano se ha depreciado más que el peso.
El telón de fondo de esta depreciación es el hecho de que la probabilidad implícita de un alza de las tasas de interés en la reunión de la Reserva Federal que se realizará el 13 de diciembre es de 66.4 por ciento, de acuerdo con cálculos de Bloomberg.
Tras las declaraciones de Janet Yellen, ahora sí se da por un hecho que el mercado norteamericano de bonos se va a hacer más atractivo y ello producirá un desplazamiento de capitales hacia Estados Unidos.
El otro factor que no deja de aparecer como un telón de fondo son las probables dificultades en la renegociación del TLCAN y la posibilidad –siempre existente– de que Trump acabe por retirar a EU de la negociación y del Acuerdo.
¿Son estos dos factores suficientemente relevantes como para pensar que el dólar pudiera regresar a los niveles que observamos en febrero?
No lo creo. A pesar de que el ajuste alcista de tasas comience en diciembre, ese factor no parece tener la fuerza suficiente como para depreciar nuestro peso en más de dos unidades frente al dólar, como para regresar a los niveles de febrero.
Y, en el caso de las consecuencias de un eventual colapso de las negociaciones del TLCAN, se ha ido construyendo la información relativa al hecho de que, en el corto plazo, aun sin Tratado, el comercio entre México y Estados Unidos podría seguir de manera regular, simplemente pagando los aranceles que corresponden a los integrantes de la OMC y que, en términos generales son bajos en Estados Unidos, aunque hay casos específicos de tasas más elevadas.
En el largo plazo las cosas son diferentes pues sí habría un debilitamiento de la certidumbre que el Tratado genera. Y en ese caso, no está clara la reacción que podría haber en los mercados financieros.
El efecto directo del fin del TLCAN ya no generaría el desorden que temimos que ocurriera al principio de este año, pero un ‘coctel’ en el que este hecho se combinara con incertidumbre políticoelectoral para el 2018, creo que podría ser de pronóstico reservado.