Ocho consideraciones sobre el ‘Plan B’
1-La primera opción es el ‘Plan A’.
No hay que confundirse, la mejor opción para México es que el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) continúe, sea con la redacción actual o con cambios que sean aceptables para México. El TLCAN no sólo ha permitido que productos mexicanos ingresen al mercado norteamericano sin arancel, sino que ha sido una de las piezas clave de la modernización de México a partir de 1994, ofreciendo certidumbre de largo plazo.
2-El ‘Plan B’ debiera provenir de una decisión de Estados Unidos, no de México.
Difiero de quienes piensan que México debería abandonar el TLCAN si la posición norteamericana es inflexible en temas sensibles. Nuestra mejor opción es seguir negociando hasta el final. No importa si, como parte de las tácticas negociadoras, en algún momento debiéramos levantarnos de la mesa. A México le conviene que, si en algún punto, el gobierno de Estados Unidos notifica su decisión de salir del TLCAN, ésta sea tan distante como sea posible, pues en los siguientes seis meses seguirá rigiendo el actual arreglo.
3-Debe distinguirse la intención real de la táctica negociadora.
No dudo que, en el fondo, Trump, en lo personal, quiera abandonar el TLCAN. Pero sabe que hay fuerzas en Estados Unidos, que han presionado para que no lo haga. Sin embargo, aun sin ser su intención real, su estrategia negociadora se ha basado en la amenaza de salirse. Para neutralizar ese intento de presionar, los negociadores mexicanos deben transmitir –como correctamente lo han hecho en los últimos días– que México puede perfectamente vivir sin el TLCAN y que eventualmente puede esperar a que haya otra administración para buscar que EU regrese al Tratado.
4-Activar las fuerzas PRO-TLCAN en Estados Unidos.
Hay muchos intereses favorables al TLCAN en la Unión Americana, que a principios de año se activaron y lo han hecho en ciertas circunstancias. Con el ambiente que existe ahora, sería importante que el gobierno mexicano, y sobre todo el sector privado, activaran las redes de esos intereses para presionar al gobierno norteamericano y evitar que hubiera un arranque si Trump, se precipita a cancelar el TLCAN.
5-Tener listo un Libro Blanco.
En él debería definirse con detalle lo siguiente:
a) Estrategia de comunicación hacia mercados y público en general
b) Opciones de provisión de insumos estratégicos y negociaciones realizadas sobre ellos.
c) Productos exportables a EU bajo reglas de OMC que no sufrirían trastorno.
d) Productos afectados por aranceles o cuotas, ya sin el TLCAN, y posibles destinos alternos.
e) Esquemas para dar garantías a la inversión, como los seguros que ofrecen diversas instituciones.
f) Esquemas de estabilización de emergencia en caso de que hubiera sobrerreacción en los mercados.
g) Afectaciones a operaciones no comerciales, como en el caso del envío de remesas.
6- Estrategia en materias no comerciales.
México debería reconsiderar la negociación con EU en materias como seguridad, frontera y migración de terceros países.
7- Reforzamiento de la defensa de migrantes mexicanos en EU.
Programas de protección legal de mexicanos indocumentados en EU.
8- Reforzamiento de la cooperación con Canadá.
México y Canadá deberían seguir con un Acuerdo Comercial modernizado y reforzado, aun en ausencia de EU.