Descomposición en el PAN
El anuncio en el noticiero de Ciro Gómez Leyva, de que Margarita Zavala será candidata independiente, sin que diera a conocer la fuente, cumplió su cometido, ya que generó expectativas en todos lados y la respuesta del dirigente del PAN, Ricardo Anaya, fue que la quieren en el PAN y que vale la pena que se sienten a dialogar.
Pero lo más interesante de todo esto fue que cada vez salta más el enfrentamiento entre los integrantes de ese partido, que va a una ruptura interna.
Porque en el centro de la división panista, no sólo está la precandidatura de Margarita Zavala, sino también el acercamiento de los calderonistas con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien puede ser el candidato del PRI.
De los senadores que están en rebeldía, al menos cuatro, los más emblemáticos, trabajaron en el gobierno de Felipe Calderón y estuvieron juntos en el gabinete con Meade.
Javier Lozano señaló el 1 de octubre en su gira por Tamaulipas, que José Antonio Meade sería muy buen Presidente: “a mí me gusta mucho el titular de Hacienda, fuimos compañeros en el gabinete del presidente Calderón, somos muy amigos, yo lo admiro mucho, lo respeto”.
Pero, para entender la descomposición, retomemos las palabras de la senadora Adriana Dávila, calderonista de hueso azulado, quien en un artículo señaló:
“Hoy lamento que compañeros a quienes consideré como grandes amigos y apoyé con enorme convicción, como Ernesto Cordero y Roberto Gil, le sigan el juego a Rafael Moreno Valle y a Javier Lozano, uno de sus operadores. No logro entender por qué la posición de culpar a los miembros del PAN de lo que pasa, en lugar de ser parte de una oposición real contra quienes han hundido este país. No comprendo por qué desperdiciar tanta inteligencia”.
Y como colofón, dos frases, la del senador Ernesto Ruffo: la posible salida Margarita Zavala “siento como un alivio… como cuando tiene un absceso y sale la pus”, y la respuesta de Javier Lozano: “eso tiene en el cerebro y en el alma este inútil”.
Así o más degradado.
INDIGNACIÓN EN CHIAPAS
Es increíble el miedo a la ley que se tiene en nuestro país. En Chiapas aseguran que el gobierno pagó 500 mil pesos a los indígenas del poblado El Aguaje en la negociación para que entregaran al policía que tenían secuestrado, después de la emboscada en la que mataron a otros dos policías y lesionaron a 26 más.
Los policías estatales y de San Cristóbal se han manifestado para exigir mejores condiciones de trabajo, un aumento salarial y un seguro por 500 mil pesos; además piden que se investigue a los altos mandos de la policía, a quienes acusan de haber alertado a los pobladores del desalojo que terminó en emboscada.
450 policías estatales y municipales de San Cristóbal, desarmados y con equipo antimotín, fueron a desalojar a los pobladores de El Aguaje, que habían tomado la carretera Panamericana para exigir que se les autorice participar en la administración del centro turístico Grutas de Rancho Nuevo.
Los policías aseguran que uno de los comandantes dio aviso a la comunidad, por lo que los uniformados fueron recibidos con proyectiles de arma de fuego, piedras y palos.
Después, las autoridades tuvieron que negociar con ellos y los policías aseguran que les dieron 500 mil pesos para que entregaran al compañero que tenían secuestrado, mientras que a las familias de los uniformados asesinados sólo les dieron 120 mil pesos a cada una.
Si seguimos así, no nos admiremos de toda la gente que prefiere participar con la delincuencia.