¿Se repetirá la historia?
El 2018 tiene ciertos parecidos con 2006, sobre todo si consideramos tres grandes bloques: el de Andrés Manuel López Obrador, el PRI y el PAN.
En aquella época el presidente del PRI era Roberto Madrazo y hubo una revolución de algunos gobernadores del tricolor, que los llevó a la construcción del TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo).
Poco a poco a la lista de estos gobernantes se fueron sumando priistas de todo tipo, el TUCOM llevó a cabo su elección interna y el elegido fue quien acababa de dejar el gobierno del Estado de México, Arturo Montiel, un periodicazo lo dejó fuera de la contienda.
Posteriormente en el PRI se definió el candidato en una elección entre Roberto Madrazo y Everardo Moreno.
Ganó Madrazo, pero casi desde el inicio de la campaña era notorio el desgaste del candidato al que su propio partido no apoyaba, inmediatamente el tricolor se desfondó y la elección quedó entre dos partidos políticos: el PAN, que tenía de candidato a Felipe Calderón, y el PRD, con López Obrador.
El final lo conocemos, la elección presidencial más cerrada de la historia con una diferencia de sólo .56% y las declaraciones de Manuel Espino, de que se había negociado con la maestra Elba Esther Gordillo que los gobernadores apoyaran a Felipe Calderón.
Así ganó el panista y se le cerró el paso a quien se calificó como “un peligro para México”.
Ahora, 12 años después, López Obrador vuelve a ser el precandidato más fuerte en la contienda y Margarita Zavala, esposa del expresidente Calderón, se puede convertir en la persona a la cual apoyarían los priistas en caso de no ser competitivos, para evitar, una vez más, el triunfo de López Obrador.
Es cierto, la historia se puede repetir, la cercanía entre calderonistas y el gobierno federal es tal, que ni siquiera hubo un deslinde de cómo les entregaron el gobierno, finalmente Calderón Hinojosa ganó la Presidencia con el apoyo del grupo priista que está ahora en el poder.
Y seis años después no hizo nada para detener a Enrique Peña Nieto, quien ganó la elección presidencial con 6.63 por ciento.
Si el candidato priista no remonta, siempre puede estar la opción de apoyar a Margarita Zavala.
IMSS-SINDICATO: ¿DURMIENDO CON EL ENEMIGO? Aunque teóricamente los sindicatos están para defender los derechos laborales del trabajador, en los hechos, por lo menos en el caso del IMSS, parece que están para defender al holgazán y majadero, sin importar que haya pruebas fehacientes en su contra. Y lo dicen los propios empleados, además de quienes tienen que hacer trámites.
Caso concreto es la Sección XXXIII. La clínica 16 del IMSS pertenece a la Delegación Norte, que incluye dos secciones sindicales: la 32 y la 33, aunque ellos usan números romanos.
A principios de septiembre se puso una queja ante la Dirección de la clínica en contra del maltrato por parte de un jeferete de oficina llamado Gabriel Vergara, quien ya es costumbre que trate con la punta del pie al derechohabiente que acude a la ventanilla de pensiones de la clínica.
En la Dirección informaron que la queja se turnaría al sindicato. Al no haber respuesta se preguntó qué pasaba y trabajadores de la institución explicaron que cuanta queja llega a la delegada sindical, es desechada y lejos de llamar la atención al infractor se le defiende.
Es algo así como durmiendo con el enemigo o como señalan ellos, “como una guerra civil entre empleados de confianza y sindicalizados”. E incluso comentan que ha habido muchos caos en le Clínica 16, en que por un lado se rescinde el contrato y, por el otro, el sindicato reubica al trabajador. Y obviamente los sindicalizados están empoderados y no les preocupa faltar, holgazanear o maltratar.