El largo camino a la inclusión educativa
Durante julio pasado, el secretario de Educación, Aurelio Nuño, presentó los planes y programas de estudio del Nuevo Modelo Educativo, así como las estrategias para cada uno de sus componentes. En el documento correspondiente a la Estrategia de Equidad e Inclusión, se plantea que para enfrentar la exclusión y la discriminación, es necesario contar con una perspectiva que avance hacia: Un sistema educativo que atienda de manera adecuada las necesidades específicas de los distintos grupos de población. Una educación inclusiva, que implica que el sistema escolar debe adaptarse a las necesidades de todos los alumnos y simultáneamente reconocer sus distintas capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje, sin distinción de ningún tipo (SEP, 2017). Bajo este esquema, las escuelas deben fortalecerse para que sean ambientes capaces de responder a las necesidades individuales de todos los estudiantes, sin importar su condición socioeconómica, su origen étnico o cultural, el género, sus capacidades o sus preferencias religiosas o de otro tipo.
Los resultados de la Encuesta OPINNA, realizada en abril y mayo pasados por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, muestran que aún hay mucho trabajo por hacer para lograr la inclusión, no sólo en la escuela, sino también en nuestra sociedad.
En esta encuesta participaron 27,640 niños, niñas y adolescentes, entre 6 y 17 años. De los encuestados, 8% se encuentra cursando la primaria baja, 78% se ubica en los últimos tres años de primaria y los tres de secundaria, mientras que 13% está en el nivel medio superior. Todos estos estudiantes muestran el largo camino a recorrer para que la participación en inclusión sea una realidad.
El 56% de los encuestados señala que diario se discrimina en la escuela, principalmente a aquellos que tienen un color de piel diferente (40%) y a quienes viven con alguna discapacidad (24%) o son indígenas (16%). ¿Cómo es posible la existencia de una escuela inclusiva, cuando la discriminación está presente en su cotidianidad? La SEP propone acciones para lograr la inclusión de personas con discapacidad, alumnos con aptitudes sobresalientes o de atención a la diversidad étnica, lingüística y cultural, pero no se explicitan las actitudes, prácticas y políticas que requieren las escuelas para lograr la inclusión integral. Si no se arranca toda la estrategia comenzando por abordar la exclusión generalizada desde las prácticas y las políticas, los ajustes a “grupos de población” tienen el riesgo de etiquetar, y por ello de reiterar y cristalizar la lesión constante a sus derechos.
*Investigadora en Mexicanos Primero