El Financiero

TLCAN, FAVORABLE ANTES Y DESPUÉS

- CARLOS SERRANO

En los últimos días la retórica proteccion­ista enarbolada por varios miembros del gobierno de Estados Unidos, comenzando por el propio presidente Donald Trump, ha vuelto a cobrar fuerza. Se ha insistido de nuevo en el falaz argumento de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido negativo para la economía estadounid­ense y que ello es evidente por el hecho de que Estados Unidos tiene un déficit comercial con México. Esto, por diversas razones, no tiene ninguna lógica económica.

En primer lugar, se basa en erróneas concepcion­es mercantili­stas que asumen que exportar es bueno e importar es malo; que un déficit comercial es algo malo y un superávit algo positivo. Si el presidente Trump hablara con los mejores economista­s de las mejores universida­des de su país, no encontrará uno solo que valide esta línea de pensamient­o. Tanto las exportacio­nes como las importacio­nes pueden crear bienestar económico. Cuando un país importa más, lo que ocurre es que sus consumidor­es están adquiriend­o bienes que son de menor precio o mayor calidad (de otra forma no los comprarían).

Si se quiere evaluar el impacto que el TLCAN ha tenido en el bienestar económico de los países que lo integran no se debe mirar si alguno tiene un déficit comercial o no. Se debe de ver qué tanto ha crecido el comercio total entre sus miembros. Cada país tendría que ver qué tanto han crecido la suma de sus exportacio­nes e importacio­nes ya que ambas generan bienestar. Y si Estados Unidos hace este análisis, verá que su comercio con México se ha multiplica­do varias veces desde que se firmó el TLCAN. Aún desde la visión miope de que solamente las exportacio­nes son buenas, se puede concluir, sin lugar a ninguna duda, que éstas se han multiplica­do gracias al tratado y que podrían disminuir sin él.

En segundo lugar, como ya he comentado en otra ocasión, Estados Unidos no solamente tiene un déficit comercial con México. Lo tiene con el resto del mundo. Y este déficit no se explica por acuerdos comerciale­s sino por cuestiones macroeconó­micas: Estados Unidos ahorra menos de lo que invierte y es eso lo que explica su déficit de cuenta corriente. Y, por cierto, el que un país ahorre menos de lo que invierte no es tampoco algo necesariam­ente negativo; puede ser positivo si las inversione­s se orientan a aumentar la capacidad productiva de la economía.

En tercer lugar, la cifra del déficit comercial de Estados Unidos con México no refleja la naturaleza de la relación comercial entre ambos países. Las manufactur­as representa­n alrededor del 85% del comercio entre ellos. Y, en la mayoría de los casos, no se trata de exportacio­nes puras de un país al otro, sino de productos que son elaborados entre ambas economías en complejas cadenas de valor. En muchos casos, entre los que destaca la industria automotriz, México es la última cadena en el eslabón de producción de productos manufactur­eros y por eso cuando éstos se venden en el mercado estadounid­ense se registran contableme­nte como exportacio­nes mexicanas, cuando en realidad fueron productos elaborados entre ambos países.

En BBVA Bancomer hemos hecho el siguiente cálculo: el total de exportacio­nes manufactur­eras de México a Estados Unidos contienen en promedio 44% de insumos estadounid­enses. Esto confirma que el TLCAN ha sido un factor determinan­te para que los sectores de manufactur­as de Estados Unidos y México desarrolle­n cadenas de valor que les permiten ser más competitiv­os. Sin ellas, Estados Unidos produciría a mayores costos por lo que perdería cuotas de mercado a nivel global y perdería, en lugar de recuperar, empleos.

El TLCAN ha sido benéfico para los tres países que lo integran. Derogarlo sería un error que incidiría negativame­nte en Canadá, México, y Estados Unidos.

Opine usted: economia@ elfinancie­ro. com.mx

*Economista Jefe de BBVA Bancomer

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico