Del Mazo resuelve lo que Eruviel no pudo
Gobernar y tomar decisiones implica enfrentar resistencias que, en ocasiones, generan crisis. Esta es la lección que deja a los mexiquenses la riña registrada en el penal de Chiconautla, derivada de la actividad criminal de un reo de alta peligrosidad, conocido como El Tato, quien hoy enfrenta acusaciones de tortura contra otros reclusos, además del supuesto manejo de toda una red de extorsión en los penales.
Desde el inicio de su gobierno, hace poco más de un mes, el gobernador Alfredo del Mazo instruyó a su equipo de trabajo a tomar medidas que se tradujeran en beneficios a la ciudadanía para vivir en paz y con tranquilidad, todo ello a partir de un de- cálogo en materia de seguridad.
Entre las diez acciones destacan: concentrar en la Secretaría de Seguridad las tareas y mando del esfuerzo en materia de seguridad pública y privada; enfrentar desde una perspectiva integral la prevención, investigación y persecución de los delitos, con base en la inteligencia policial; una reingeniería al modelo de policía estatal, y coadyuvar en el fortalecimiento de las policías municipales.
Son precisamente parte de las labores de inteligencia implementadas desde el Ejecutivo estatal las que dieron por concluido el reinado de El Tato, delincuente que fue ya trasladado a un penal de tipo federal en Gómez Palacio, Durango. Hoy se sabe que este preso pisó el suelo de 12 centros penitenciarios en los últimos diez años, que tenía ficha delictiva de alta peligrosidad, que lideraba a otros criminales, que golpeaba y extorsionaba a quienes no le rendían pleitesía. Ese era su perfil criminal e inexplicablemente las autoridades, encabezadas por el ahora exgobernador Eruviel Ávila, no hicieron nada y eso fue porque, dicen, además de la palabra extorsión la otra que mandaba por esos lares era la corrupción.
Es cierto, El Tato es apenas una pequeña muestra de la impunidad y demás prebendas con las que operan las bandas delictivas en territorio mexiquense, por lo que a los habitantes del lugar los alienta que, ahora sí, su gobierno esté decidido a tomar al toro por los cuernos en el problema número uno con el que todos los días conviven, la inseguridad.
Por lo pronto, ya hay una diferencia entre los gobiernos de Eruviel y Alfredo, el primero cerró los ojos ante los altos índices delictivos y se hizo de la vista gorda en casos de corrupción, en tanto que, con apenas mes y medio en el cargo, el gobierno de Alfredo del Mazo atiende no sólo lo urgente, sino también lo importante. Ejecuta acciones que trastocan intereses y generan crisis, pero en el fondo sigue adelante para cambiar las cosas que más lastiman a los mexiquenses. Vaya diferencia y estilo de gobernar, bien por Del Mazo.
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PEDINCHES
La peregrinación de las siete casas que hacen los gobernantes a San Lázaro es un Viacrucis que corresponde más a un ritual ancestral que a una visita que tenga resultados palpables, y más ahora que los recursos económicos escasean por la reconstrucción derivada de los sismos o huracanes. Así, a gobernadores y presidentes municipales se les ha visto tocar las puertas de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, que encabeza el priista Jorge Estefan Chidiac, para hacerle saber lo que más parece una lista a los Reyes Magos que a una serie de prioridades en las entidades o alcaldías que representan.
Es un hecho que la respuesta para todos ellos es que “no habrá dinero adicional” más allá de los montos presupuestados, pero así son de pedinches los mandatarios y lo peor es que muchos de ellos, casi todos, siempre tienen problemas para comprobar con transparencia y ánimo de rendición de cuentas lo poco o mucho que consiguen. Ese es el problema.