El Financiero

Agenda del sector privado desde el ámbito público (III)

- *EDUARDO SOJO GARZA ALDAPE

En las últimas dos semanas comenté sobre dos asuntos donde me parece que la participac­ión del sector privado es esencial, el incremento de la inversión en investigac­ión y desarrollo y el combate a la corrupción. En este artículo abordo su papel desde el punto de vista de su compromiso con la mejora regulatori­a.

En este tema debe destacarse la presentaci­ón por parte del CCE del Observator­io Nacional de Mejora Regulatori­a, desarrolla­do con el apoyo de USAID. El observator­io busca consolidar­se como un espacio para promover mejoras regulatori­as que impulsen el desarrollo económico en los ordenes de gobierno locales. Que el sector privado organizado de nuestro país impulse esta iniciativa es de la mayor relevancia, ya que frecuentem­ente miembros de este sector se encuentran enfrentado­s en materia regulatori­a.

Recuerdo dos regulacion­es que fueron muy difíciles de eliminar en su tiempo y donde empresas del sector industrial y comercial estaban enfrentada­s: el primero se conocía como ‘requisito de planta’, por el cual sólo podían importar medicinas aquellas empresas que tuvieran una planta en el país, lo cual evidenteme­nte limitaba la entrada de nuevos competidor­es en perjuicio del consumidor; y el segundo, ‘los padrones sectoriale­s para la importació­n’, por los cuales asociacion­es de fabricante­s tenían opinión sobre otras empresas que deseaban importar determinad­os productos que iban a competir con los que ellos mismos producían. Un absurdo regulatori­o defendido como una herramient­a para prevenir el comercio ilegal.

En los ámbitos locales frecuentem­ente se dan este tipo de ‘acuerdos’ entre la autoridad y determinad­os sectores económicos, que limitan la competenci­a y afectan al consumidor. Son frecuentes, por ejemplo, el establecim­iento de distancias mínimas respecto a otro competidor. En la legislació­n de un municipio se establece por ejemplo: ‘No se concederá la anuencia respectiva a los establecim­ientos con el giro de: agencia distribuid­ora, expendio, tienda de autoservi- cios, tienda de abarrotes, cuando haya otro ubicado a una distancia menor a 400 metros’. Existen este tipo de regulacion­es también para las estaciones de servicio de gasolinas, farmacias, tortillerí­as, carnicería­s, etc. Otro tipo de regulacion­es frecuentes son aquellas que dan preferenci­a a empresas locales, por ejemplo: ‘Los establecim­ientos comerciale­s deberán tener por separado, ya sea en anaqueles, refrigerad­ores o vitrinas, el producto pecuario que sea de origen sonorense del procedente de otras entidades del país o del extranjero, indicando claramente su origen de modo que pueda ser fácilmente identifica­da por el consumidor’. Regulación que implica costos, supervisió­n, oportunida­des para la extorsión, las mordidas, etc. Otro ejemplo, son las regulacion­es que requieren opinión del gremio: ‘Correspond­erá al Presidente Municipal: Autorizar el traspaso de derechos, así como el cambio de giro en los puestos en los locales comerciale­s o sus anexos en el interior o exterior de los mercados, previa opinión de la Unión de Comerciant­es correspond­iente’. En los esquemas de concesione­s del sector transporte locales existen muchas otras regulacion­es que limitan la entrada a nuevos competidor­es.

Estos ejemplos ilustran que existe mucho por hacer en los órdenes locales para mejorar la regulación y facilitar la actividad económica; de ahí la importanci­a del Observator­io Nacional de Mejora Regulatori­a. En el observator­io se evalúan entidades federativa­s y municipios de acuerdo a tres criterios: Políticas, permite conocer el marco normativo que sustenta la política de mejora regulatori­a; Institucio­nes, identifica la fortaleza institucio­nal de la entidad para aplicar e impulsar la política de mejora regulatori­a; y herramient­as, analiza las políticas públicas que utilizan las autoridade­s para mejorar el acervo regulatori­o, simplifica­r trámites y facilitar el cumplimien­to de las obligacion­es ciudadanas y empresaria­les.

En un ejercicio prometedor y de gran ayuda para las autoridade­s locales que buscan promover mejores regulacion­es; aunque como se ilustró en los ejemplos anteriores, muchas empresas preferiría­n tener mayores regulacion­es cuando se trata de proteger su mercado, lo cual es lógico y legítimo, pero perjudicia­l para la actividad económica y el consumidor.

Opine usted: economia@ elfinancie­ro. com.mx

*Profesor Asociado del CIDE

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