El Financiero

LAS FALSAS ILUSIONES DE ZUCKERBERG

- EDWARD LUCE

Esto es lo que aprendió Mark Zuckerberg en su viaje a través de 30 estados de EU: hay una profunda polarizaci­ón y el país padece de una crisis opioide. ¡Qué sorpresa! Sin embargo, no debería criticar demasiado al Sr. Zuckerberg por sus observacio­nes obvias. Algunas personas son muy hábiles en algunas áreas á y no t tan hábil hábiles en otras. t El Sr. Zuckerberg es una superestre­lla digital con pocas habilidade­s humanas.

El cofundador de Facebook no es el primer empresario de Silicon Valley en mostrar su inadecuaci­ón política, ni será el último. Pero tal vez sea el más influyente. Él personific­a la miopía de las élites costeras de EU quienes desean hacerlo bien haciendo el bien.

Cuando se trata de elegir, la parte de “hacer el bien” tiende a olvidarse.

No hay nada de malo en hacerlo bien, especialme­nte si estás cambiando el mundo. Los innovadore­s son justamente celebrados. Pero hay un problema al presentar su motivo principal como filantrópi­co cuando no lo es. El Sr. Zuckerberg es uno de los generadore­s de ingre- sos más exitosos de nuestra era. Sin embargo, habla como si fuera un sacerdote episcopal.

“Proteger a nuestra comunidad es más importante que maximizar nuestras ganancias”, dijo el Sr. Zuckerberg este mes después de que Facebook publicara su primer resultado trimestral de ganancias d de 10 mil il millones ill de d dólares, dól un incremento interanual de casi 50 por ciento.

Cuando un líder realiza una “gira de escucha” generalmen­te significa que está vendiendo algo. En el caso de Hillary Clinton, se estaba vendiendo ella misma. En el caso del Sr. Zuckerberg, también se está vendiendo él mismo. El Sr. Zuckerberg hasta hizo un anuncio sorpresa de que iba a cenar con una familia común — al estilo de un dictador soviético cualquiera — junto con su falange de asesores personales que lo acompañaro­n en el viaje.

Ésta no es la forma en que los estudiosos descubren qué piensan las familias ordinarias. Tampoco es una buena forma de lanzar una campaña política.

Diez meses después de que el Sr. Zuckerberg comenzara su gira, la especulaci­ón sobre su postulació­n a la presidenci­a ha sido archivada. Di lo quieras de Donald Trump, pero él sabe cómo dar la apariencia de entender a la gente común.

Más concretame­nte, Facebook se ha convertido en un producto tóxico desde que Trump fue elegido. Las grandes empresas tecnológic­as han tomado el lugar de las grandes empresas tabacalera­s en Washington. No se trata de si habrá una reacción regulatori­a, sino de cuándo y cómo sucederá.

El Sr. Zuckerberg tiene la culpa de todo esto. Después de haber negado que Facebook había desempeñad­o un papel en la victoria de Trump — o en el rol de Rusia en ayudar a

El cofundador de Facebook tal vez sea una superestre­lla del mundo digital, pero le faltan habilidade­s humanas

asegurarlo — el Sr. Zuckerberg es el principal blanco de la reacción demócrata. Ahora le está pidiendo a EU que crea que puede convertir las noticias de Facebook de una cámara de eco en una plaza pública. El crecimient­o de los ingresos ya no es la prioridad. “Nada de eso importa si nuestros servicios se utilizan de una manera que no une a las personas”, dice.

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