La tormenta perfecta
¿Están preparadas las encuestas y los encuestadores para el 2018? Esta pregunta se planteó en un foro en el que participé esta semana en la Universidad Iberoamericana1. Ahí formulé algunas reflexiones de manera verbal que ahora comparto en forma escrita con los lectores. Algunas ideas las repito como las dije en el foro; agrego otras que por falta de tiempo omití o que me vinieron a la mente después de la presentación; y omito algunas otras por falta de espacio. 1. La sociedad mexicana ha cambiado rápida y profundamente. Entre los cambios más importantes, electoralmente hablando, están un creciente desapego de los electores con los partidos, una mayor volatilidad electoral y una porción cada vez más grande de votantes que deciden su voto de último minuto.
En su conjunto, y aunado a los altos niveles de competitividad electoral, estos cambios implican que el objeto de las mediciones demoscópicas (las preferencias electorales) no será un blanco fijo, sino una serie de blancos móviles en contextos de gran incertidumbre. Si a esto agregamos que 2018 tendrá el mayor número de elecciones de la historia y que las encuestas han sido más fallidas que certeras en los últimos años, lo que se viene para la profesión encuestadora en 2018 es una tormenta perfecta. 2. La profesión de encuestadores anda con baja autoestima. Luego de una serie de estimaciones fallidas, muchos encuestadores (y algunos periodistas con ellos) han perdido la confianza en sí mismos y en sus metodologías. Desde hace unos años he notado en varios colegas de la demoscopía una actitud de negación hacia las fallas y un cierto miedo al error. Además, algunos de ellos no saben o no entienden por qué se han dado las fallas. Esto último quizás sea lo que más impacte en la pérdida de la confianza propia.
Si la profesión encuestadora va a enfrentar una tormenta perfecta, más vale que comiencen a tener un reencuentro con la auto-confianza y, a partir de ahí, afinar y calibrar todo lo demás. Gabriela de la Riva, quien moderaba el panel, nos preguntó qué sugerencias haríamos para prepararnos hacia 2018. Quizás sean muchos los ajustes, pero el primer paso es perderle el miedo al error. Otro es no perderle el respeto a la naturaleza probabilística de los sondeos. 3. En la difusión de encuestas domina la pregunta electoral, el llamado horse race o carrera de caballos. Es imposible bajarle el volumen. La pregunta electoral es predominante y hasta adictiva. Los politólogos aseguran que cumple la labor de coordinar a los votantes, algo que en el foro se discutió como la polarización de dos punteros hacia el final de las campañas y la probable transferencia de preferencias del tercero en declive. A pesar del enorme interés de saber quién va adelante, quien va atrás, quién alcanza y quién se rezaga, es deseable complementar el horse race con otros indicadores que informen y aporten al mejor entendimiento del electorado y de la naturaleza de la elección. La búsqueda del swing voter o elector cambiante siempre resulta muy interesante. La conexión entre actitudes o rasgos demográficos con el voto, también. Gran favor harán los encuestadores enriqueciendo esa parte en sus publicaciones. 4. Por último, el impacto y la utilidad de las encuestas no se limita a las encuestas mismas, comprende su difusión y comunicación. Como he dicho en este espacio, la cultura de las encuestas incluye la hechura y la lectura de éstas. La hechura es un ámbito de los encuestadores, pero la lectura de encuestas tiene un mayor alcance. Las difunden los medios, los periodistas, los analistas, los políticos y los propios ciudadanos. En la democracia, las encuestas tienen un rol informativo, ayudan a articular a la opinión pública y a representar las diversas voces ciudadanas. También se espera de ellas una gran exactitud y precisión.
¿Estamos preparados para la tormenta perfecta? Ya veremos.
1 Segunda Jornada de Reflexión “Frente a la Crítica”, Emociones y Política: Desafíos metodológicos para el 2018, Centro de Exploración y Pensamiento Crítico, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, 15 de noviembre.
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